Cruz Azul luce fuerte. Sólido atrás y contundente en ataque, es un equipo al que -parece- los nervios ya no lo traicionan, confía en su potencial para revertir cualquier desventaja y cuando encuentra un momento de inspiración liquida a sus rivales de a punta de goles. Eso hizo contra América en la Copa por México, goleó a las Águilas por 4-1 y demuestra que llegará en buena forma al inicio del próximo torneo.
La Máquina de Robert Dante Siboldi es el equipo que mejores cosas ha mostrado en el torneo, ganó sus tres partidos de la fase de grupos, dos de ellos (Pumas y América) con mucha solvencia; las sensaciones de sus jugadores son buenas y el funcionamiento va en ascenso.
Caso contrario fue América, que fueron un equipo al que le duró poco el tanque de gasolina, empezó bien el conjunto de Migue Herrera, pero se fue desdibujando, le dieron la vuelta y careció de capacidad de reacción, un par de despistes en defensa acabaron en gol y el escenario se hizo más complicado.
El juego inició a buen ritmo, con jugadores de peso en ambos equipos, la sorpresa fue la aparición de Santiago Naveda en la media cancha de América, es un chico de buenas maderas y el Piojo lo mandó al ruedo a jugar como único volante central, el chico tuvo sus detalles, fue amonestado, y aunque jugó condicionado hizo lo posible por marcar la salida y la distribución de la pelota. Necesitará confianza para soltarse en el próximo torneo.
América se puso en ventaja pronto, Córdova le robó a Yotún una pelota en la frontal del área y sacó un tiro con la zurda que pegó en el palo y se fue al fondo de la red. Lucían bien los azulcremas, con solvencia en la retaguardia, negando la conexión de los volantes celestes con sus delanteros.
Elías y Orbelín no lograban hacerse con la pelota, por lo que no había conexión con Alex Castro y Jonathan Rodríguez. Sin embargo, vino la fuga de combustible, América perdió peso, Giovani no entraba en juego, Córdova fue a menos y Henry y Viñas tampoco tuvieron alguna pelota a modo.
El juego se peleaba más en el centro del campo que en las áreas, Cruz Azul se lo tomaba con calma, se esperaba una agitación de bravura, pero fue a ritmo lento, y sobre el final del primer tiempo el Cabecita tuvo la primera de gol, recortó a dos rivales y tiró con la derecha, pero Ochoa evitó el gol con un buen manotazo. A la salida del córner, la pelota dio en Viñas y éste la mandó al fondo al 39’.
Fue en el segundo tiempo cuando América se rompió y Cruz Azul tuvo 10 minutos de plena contundencia en los que liquidó a las Águilas de manera contundente. Apenas arrancó el complemento el Cabecita entró por derecha, ni Bruno ni Sánchez aparecieron cerca, el charrúa entró al área, solo estorbado por Naveda, pero sacó un tiro que lo clavó por la escuadra al 47’.
América todavía no asimilaba ese gol cuando se encontró con otro. Una falla en la salida le permitió a Romo asistir a Alexis Gutiérrez, éste sacó un violento disparo que doblegó a Ochoa que anda pudo hacer ante el fusilamiento.
Y tres minutos después La Máquina generó el derrumbamiento total de los azulcrema. Una pelota a la espalda de los centrales llevó al Cabecita a arrancar hacia la portería, la zaga amarilla solo le vio el número, el uruguayo asistió a Orbelín Pineda y éste la tocó al fondo de la red al 56’, para el 1-4. Fiesta celeste y despropósito americanista.
Ahí se acabó el partido, el semblante de Miguel Herrera (quien ahora sí salió con cubrebocas) era de enfado total. Sabía que el juego estaba perdido y realizó varias modificaciones en los últimos 30 minutos. No quedaba más que evitar más daño y tratar de hacer más decoroso el marcador. Pudo lo primero y no lo segundo.
Cruz Azul muestra su poder, se exhibe con fuerza, faltan dos semanas para el inicio del torneo y genera ilusión. América preocupa, su rendimiento está lejos de buenos picos de rendimiento, hay jugadores que están lejos de un nivel óptimo y queda poco tiempo para ponerlos en forma.
Este domingo La Máquina conocerá a su rival en las semifinales, mientras América deberá esperar el juego de Pumas y Toluca para saber si alcanza a calificar.