El invicto de América en el estadio Azteca, su liderato, esa cosecha de puntos que se presumía a pecho inflado desde Coapa se quedó en nada. Sí, así es la Liguilla, y es sabido por todos los participantes, es la que otorga el grado máximo en el futbol mexicano y América se va a casa, a repensar sus cosas, porque todas esas etiquetas (bien ganadas en la fase regular) no le valieron de nada en la hora decisiva. FRACASÓ, Pumas lo mandó de vacaciones con un contundente 1-3 en el estadio Azteca. Universidad se apunta a las semifinales.
Ahora sí, la Liguilla por fin se vivió en la serie entre América y Pumas, el bodrio de partido que se vio en la ida quedará en un mero recuerdo, el duelo de vuelta fue lo que se esperaba, un partido eléctrico, con emociones, pero sobre todo goles, pasión en las tribunas y un mano a mano vibrante en el césped.
Si el miércoles no hubo emociones en CU, en el Azteca vibró la garganta. Si América no atacó, ahora se puso en ventaja en el marcador, si a Pumas le faltó una pizca de contundencia, ahora fue capaz de remontarle y meterle miedo a las Águilas.
A Solari se le acusó de amarrado por el juego de ida, pues bien para la vuelta mandó más gente de ataque, pero no es que su equipo haya sido un huracán de llegadas, sí tuvo mejores intenciones para ir al frente, pero lo fue haciendo a cuenta gotas, con algunas ráfagas y no de forma constante.
Eso sí, fue el primero en abrir el marcador, lo hizo a través de una acción de Roger Martínez, el delantero colombiano robó una pelota en el centro del campo, fue armando la jugada y cuando llegó al área cayó, el árbitro, Marco Antonio Ortiz, señaló penal, una marcación un tanto rigorista, pero el silbante no dudó y no fue al VAR a revisarla, Aguilera cobró desde el manchón y puso en ventaja a las Águilas al 11'.
Lo que vino después fue un ejercicio de orgullo de Pumas, el equipo de Lillini no se desmoralizó, no cambió su hoja de ruta, siguió a lo suyo, masticando el juego, se perdió el empate Corozo en un mano a mano con Ochoa. Y un doble cabezazo de Dinenno en un córner se quedó en el larguero. Mientras América se perdió el 2-0 en una pelota que le quedó franca a Henry Martin, pero el yucateco dejó la bola en Alfredo Talavera.
La fe de Universidad no se apagaba, entonces apareció esa versión de Alan Mozo que hacía tiempo no se veía, el lateral fue un puñal por la banda derecha, una zona en la que ni Reyes ni Lainez pudieron detenerle, Alan creyó en sí mismo, encaró a Mauro y mandó un centro que Corozo desvió con lo justo en el área para empatar el juego al 29'.
Los nervios entraron en el cuerpo de los americanistas. Pumas bajó las pulsaciones, el partido se niveló, parecía que Universidad se tomaba un respiro, que Mozo cargaba pilas.
Y sobre el final del primer tiempo, la batería del lateral marcaba un estado ideal, de nuevo apareció en campo contrario, controló un balón y de nuevo una pelota colgada al área, justa, entre los centrales de América que se quedaron cortos y de nuevo Corozo remató con frialdad. Al 42', Pumas ponía contras las cuerdas al América.
Los de Coapa estaban obligados a correr riesgos, ya no podían refugiarse en su campo ni en su posición en la tabla. Solari mandó a Córdova por Richard, quería talento y desequilibrio. Pumas mantenía el orden y la estructura defensiva. Intentaba agitarse el cuadro azulcrema, rebelarse ante la adversidad, aunque Henry lo empató, el abanderado Christian Kiabek anuló por fuera de juego de Henry. Solari reclamaba con desesperación porque Velarde desvió la bola con la cabeza, hubo revisión silenciosa en el VAR, pero el gol no subió.
El partido se jugó a corazón abierto, se hizo de norte a sur, con América insistiendo y Pumas tirando de oficio defensivo y logrando darle un par de sustos a las Águilas.
Layún y Viñas fueron las últimas apuestas de Solari por ofender, Lillini reforzó la defensa. Era todo a una bala.
Y fue Pumas el que sentenció el partido. Mozo destrozó a la defensa azulcrema, al defensa solo le vieron el número y a diez minutos del final Alan volvió a colgar un centro que Meritao remató con la cabeza para comprar el boleto a las semifinales.
Máximos honores para Pumas, un equipo que se ha reinventado pese a todas sus carencias, que ha vuelto a confiar en las raíces que hicieron grande su historia. Se llevó por delante al líder general del torneo, porque siempre estuvo convencido de que podía hacerlo, no especuló como sí lo hizo América y ahí están los resultados.
MGC