América Femenil y Pumas Femenil no desentonaron, ofrecieron un juego digno de un clásico capitalino, disputado de principio a fin, con unas Águilas a las que les bastaron cinco minutos para encontrar los goles que parecían acercarlas a otro triunfo. Pero las universitarias apelaron a esa garra y mística que nunca puede faltar en este equipo y con un buen cierre lograron un empate merecido. Un 2-2 con sabor amargo para las de Coapa y dulce para las auriazules.
Fue un partido que se le atragantó a América, porque las Pumas compitieron desde la voluntad y la solidaridad, sobre todo en el medio campo, donde mostraron temple e impidieron que la sala de máquinas azulcrema tuviera libertad de creación.
Ante la ausencia de Kiana Palacios y Stephanie Ribeiro (ambas lesionadas), Craig Harrigton echó mano de Sarah Luebbert para jugar en el eje de ataque, la estadunidense se mostró voluntariosa, trató de asociarse, probó en el remate, pero no tuvo suerte.
Pumas empezó a competir la posesión y generó algunos avisos, primero un contragolpe de Laura Herrera al 14', que no trascendió por una mala decisión de la universitaria. Luego un remate débil de Luz Duarte que Masciarelli apagó. Y en un fallo de Janelly en un centro, Karen Luna evitó el daño con una barrida.
La respuesta de América no fue tan agresiva, apenas algunas llegadas que también fueron neutralizadas por la zaga universitaria. Un cabezazo de Luebbert que Villeda controló. La jugada más articulada de las Águilas se dio cuando Eva González proyectó a Montse Hernández, quien centró y Dani Espinosa cabeceó, pero Villeda repelió con un buen manotazo.
Un juego muy parejo, con algunas emociones, pero sin contundencia para ambos equipos, quedaba el complemento para que alguien cambiara la tendencia.
Fue un movimiento de Harrington el que abrió la puerta, el entrenador cambió de posición a Espinosa y Luebbert, eso se conjuntó con una pérdida de balón de Pumas; Montse proyectó a Luebbert, quien encaró a Dirce Delgado, la superó y en el área centró para Dani Espinosa, quien la empujó al fondo al 49’.
Pumas no terminaba de asimilar el gol en contra cuando llegó el segundo de las Águilas, una buena triangulación acabó con Casandra filtrando un balón para Montse, quien controló en el área y definió con un tiro raso ante la salida de Villeda. Al minuto 54, el cuadro americanista tenía el partido en la bolsa.
Pumas trató de reaccionar por orgullo, Karina Baez hizo algunos cambios, pero las universitarias no se agitaron con mucha fuerza, tuvieron un par de acercamientos, pero ninguno puso en aprietos a Masciarelli. Hasta que Bibiana Quintos mandó un centro por izquierda al que Lara Herrera llegó a rematar con un gran gesto técnico, toque suave y el descuento llegó al 74’.
El partido creció en lo anímico, Pumas iba a vender cara la derrota, mientras América necesitaba volver a templar el partido. Se auguraba un cierre de juego muy emotivo. Y Universidad apeló al orgullo, a la garra y al espíritu.
América apostó a conservar la ventaja, pero sus planes no le funcionaron. A cuatro minutos del final Dinora Garza cazó un rechace de Amanda Pérez, la atacante le pegó con la derecha, la pelota tomó dirección de gol y fue imposible de detener para Masciarelli.
No hubo más, Pumas vino al Azteca en calidad de víctima y se levantó en la adversidad. A América el empate le sabe muy mal, porque no es capaz de mantener su ventaja, dos detalles en defensa le terminan penalizando y si bien se mantiene en la parte alta, empieza a rezagarse de las punteras.
MGC