Andrés Lillini, el DT que salió del anonimato

Liga Mx. Andrés Lillini dejó su trabajo en Fuerzas Básicas para llevar a Pumas a pelear por su octava estrella. “Me he preparado y he estudiado mucho para esto”, afirma.

“Nadie pregunta de futbol”, expresó al término de una conferencia de prensa en línea. (Gráfico: Luis M. Morales Campero)
Ciudad de México /

De Andrés Lillini se sabía muy poco, casi nada, hasta que su nombre apareció en un escueto comunicado en el que Pumas anunciaba la inesperada renuncia del español Míchel –la mañana del 23 de julio- a tan solo tres días de iniciar su participación en el Guard1anes 2020. Ahí, en una breve línea, solo se informaba: “será el DT de forma interina”. Así comenzó todo.  

Hoy, Andrés tendrá la posibilidad de pelear con sus Pumas por el título de la Liga Mx; sí, en su primera experiencia en los banquillos, en la gran oportunidad que le cayó de rebote, pero que él ha sabido aprovechar.

“NO TUVE TIEMPO DE PENSAR”

Para Andrés Lillini el protagonismo del banquillo es algo nuevo. Aunque se preparó para ello, toda su carrera profesional se centró en el trabajo detrás de bambalinas, ahí en los campos de la formación de talento en el que se ha especializado.

Por eso, cuando recibió la llamada de la dirigencia universitaria para decirle que tendría que hacerse cargo del primer equipo, en lo que encontraban al reemplazo de Míchel, solo contestó “sí” por inercia.

“Confieso que no tenía planificado ser entrenador de Pumas. No tuve tiempo de pensar nada (cuando lo llamaron), dije que sí para ayudar (al club)”, confiesa el argentino en charla con MILENIO-La Afición.

De la noche a la mañana, Andrés tuvo todos los reflectores. Su inexperiencia en el banquillo, aunado a una plantilla con pocas incorporaciones y sí muchas salidas, presagiaban un destino calamitoso. Pero no fue así. Pumas empezó a ganar un partido tras otro, algunos de manera convincente y otros no tanto, hasta que recibió la ratificación en su puesto y hace unos días firmó por los próximos dos años.

“Lo que sí tengo muy arraigado es mi formación humana y un pensamiento de hacer las cosas bien. Siempre tomo los desafíos con eso, con una valentía muy grande”, remarca.

UN FORMADOR ANÓNIMO

En Argentina, su país de procedencia, no se sabe de Lillini. Es más, a algunos periodistas deportivos les resulta necesario poner su nombre en Google para encontrar alguna referencia. Y no es que sea un pecado, pues hasta este semestre el entrenador de Universidad había elegido el camino menos mediático. Aunque no siempre fue así  

Lillini, nacido en 1974 en San José de la Esquina, una localidad de nueve mil habitantes en la provincia de Santa Fe, trató de llegar a la Primera División de Argentina; por eso se fue a Rosario a los 13 años para tratar de escalar en las juveniles del Newell’s Old Boys, pero no logró el objetivo.

Además, la responsabilidad le llegó a los 19 años con el nacimiento de su hijo Valentín y a los 23 de su hija Martina. “De joven ya tenía muchas responsabilidades, pero con una formación muy afectiva, de cariño y la compañía de mis padres”, confiesa.

Dos años después, cuando ya tenía 25 años, desistió del intento de destacar como jugador profesional; entonces, empezó a prepararse para ser un buen formador en Fuerzas Básicas.

“Me dediqué a estudiar. No pude ser un jugador de Primera División, por lo que no tenía un apellido fuerte como para decir muchas cosas… era muy joven, sentí que tenía que reunir mucho conocimiento o fallaría. Estudié metodología de entrenamiento, gerencia deportiva y preparación física de futbol, psicología deportiva... todos los cursos que tenía, porque el tiempo no me daba en la Universidad”, reconoce.

Vino a finales del 2000 a Morelia para encargarse de la estructura deportiva, luego se fue a Boca Juniors y el CSKA Moscú para una función similar en las fuerzas básicas. Así hasta que aterrizó en 2017 con Pumas. 

“He tenido la fortuna de tener futbolistas que ahora me toca verlos jugar, es lo máximo que en mi vida profesional puedo obtener y lo que me está sucediendo hoy: el ver jugadores que empezaron este proceso a sus 17 años y el debutarlos en Primera División, eso no tiene precio”.

Así transcurría los días para Lillini hasta aquella llamada del 23 de julio, la que lo sacó del anonimato y a la que él quiere corresponder con el título de Liga.


  • Michel Cruz
  • oswaldo.cruz@milenio.com
  • Reportero en La Afición desde 2016. Egresado de la Licenciatura en Comunicación y Periodismo en la FES Aragón, UNAM.

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