Parece raro, pero no lo es. Carlos Libertario Linossi protagonizó uno de los hechos más surrealistas que se conocen hasta la fecha por un árbitro. Este silbante se montó en un caballo para detener una pelea y no se bajó de él hasta que acabó el partido.
Para recordar esta anécdota nos remontaremos hasta marzo de 1925, en Córdoba, Argentina.
A la final del torneo de segunda división llegaron los clubes locales Vélez Sarsfield y Peñarol. El choque definitivo se pactó en una canchita del barrio “El Abrojal”, y se designó a Carlos Libertario Linossi para controlar las acciones del trascendental encuentro.
Los equipos llegaron sin problemas al recinto, lo mismo que Carlos Libertario Linossi, encargado de impartir justicia en el partido. El árbitro llegó en su caballo y lo dejó en el potrero, para marcharse a vestuarios y arreglarse para la ocasión. El partido empezó sin ningún problema y todo transcurrió con total normalidad. Los goles aparecieron y el encuentro marchaba 1-1 en el marcador cuando ocurrió algo fuera de lo normal.
Sin embargo, todo cambio a los 30 minutos con el gol de Peñarol, que lo catapultaba a la división de honor del futbol cordobés.
En ese momento, los aficionados de Vélez invadieron el terreno de juego. No había nada que impidiera el acceso al campo. “El Abrojal” no tenía vallas para contener a los seguidores y todo se volvió un descontrol. Los hinchas locales fueron directos a pegar a los jugadores de Peñarol, pero la afición visitante también entró a escena y empezó una dura batalla.
En medio de una riña generalizada, Linossi montó el caballo con el que había arribado al lugar y comenzó a despejar, a empellones, a los enfurecidos espectadores. Unos 10 minutos tardó el central en hacer que todo volviera a la calma. El árbitro argentino reanudó el encuentro y siguió a lomos de su caballo para dirigir lo que le quedaba al partido. Fue el primer árbitro con cuatro patas.
Finalmente, Peñarol logró su objetivo y ascendió a Primera, en un partido que siempre quedará en la memoria por la actuación de Linossi, toda una figura que llegó a arbitrar más de 2 mil 500 partidos de Liga Cordobesa entre 1917 y 1965. El 'Loco' ha sido el único colegiado en la historia que dirigió un partido a caballo.