Recordar aquella hazaña del ascenso a Primera División de la temporada 1993-94 sigue fresca en la memoria de quienes integraron la Jaiba Brava del Tampico-Madero. Sus elementos destacan los sentimientos encontrados ante los momentos difíciles, pero también correspondieron a la historia del club que se quedó antes cerca de la gloria.
Integrantes como Edgar González Chapuz, Ezequiel Gallifa, Rubén Hervert y Sergio Osorio tiene en la mente aquella noche del 16 de abril como si hubiera sucedido 24 horas antes, pues fue un hecho que trascendió en todos los niveles sociales de la zona sur de Tamaulipas.
“Hay muchos sentimientos encontrados, porque pasamos momentos difíciles antes de obtener el ascenso tras un proceso de 3 años. Recuerdo entre flashazos el estadio a reventar, ver a la gente cómo celebraba en las calles y en las plazas”, dijo González Chapuz, quienes junto a sus ex compañeros visitaron la redacción de MILENIO-Multimedios.
Previo al homenaje que se realizará este sábado, en el marco del último encuentro de la fase regular en la Liga Premier Mx, cuando el equipo actual reina a Deportiva Venados, la impresión sigue intacta entre la mayoría.
“Fue tan emotivo para quienes nacimos aquí, la impresión tan grande que aún pensamos esto sucedió hace un día, un mes o un año. Es un recuerdo tan vivo, al grado que nadie más ha realizado y esperemos que los muchachos lo logren pronto”, apuntó Ezequiel Gallifa.
De igual forma, algo que caracterizó aquel momento en la cancha del Estadio Tamaulipas frente a los Freseros del Irapuato fue la manera como el plantel decidió terminar por completo un año de ensueño, con el trofeo y el pase al máximo circuito.
“Todo mundo quiere vivir un campeonato de este tipo y lograrlo con esta gran familia de jugadores es más especial. Estábamos con tanta convicción que así salimos a jugar, a pesar de tener otra oportunidad de ascender al ser superlíder, pero con Irapuato salimos a acabar todo”, destacó Rubén Hervert.
Y para finalizar, Sergio Osorio recalcó que “era una tercera final perdida, luego de caer con América, Monterrey y ante Toros Neza. En la última vimos una grada llena en Estadio Azulgrana que viajó a esa final, pero contra el Irapuato nos sacamos una espinita clavada y sobre todo ver que la afición lo disfrutó al máximo”.
Toma la batuta
Dentro del plantel actual que nuevamente dependerá su corona ganada en el 2023, se encuentra el portero Sebastián Huerta. El destino lo puso en una franquicia de gratos recuerdos para su familia, sobre todo su padre.
“Mi papá (Mario René Huerta) Me ha contado mucho de aquella experiencia no solo de haber defendido esta camisa y la algarabía que generó este ascenso sino la responsabilidad de defender una camiseta y una ciudad como es Tampico y Ciudad Madero”, concluyó.