Por esta razón, aún no se quitan las marcas de la NFL en el Estadio Azteca

El arquitecto Héctor Raúl Barrios, quien se encarga de las canchas del TSM y el Estadio Jalisco, explica por qué permanece el yardaje en el césped Coloso de Santa Úrsula

Así lucía la cancha del Azteca en su último partido (Imago7)
Ciudad de México /

El pasado sábado se cumplieron cinco meses desde que la NFL celebró su último partido en el Estadio Azteca, cuando el 18 de noviembre del año pasado, los Chiefs se impusieron a los Chargers en la Ciudad de México. Desde entonces, hemos visto una buena cantidad de encuentros de Cruz Azul y América –ahora detenidos por la cuarentena- y siempre resaltó que sobre el terreno de juego aún permanecían las marcas de aquel partido de futbol americano. ¿Por qué no las han podido quitar?

El arquitecto Héctor Raúl Barrios, con 23 años de experiencia en la preparación y mantenimiento de las canchas de algunos de los estadios de la Liga MX, explicó el procedimiento para pintar las líneas del yardaje de la NFL en el Coloso de Santa Úrsula.

ES UNA PINTURA PODEROSA

Con la experiencia de siete juegos de NFL, Héctor conoce de sobra el método que se empleó para volver la casa de las Águilas y cementeros en un emparrillado del mejor futbol americano del planeta.

“Cuando la gente de la NFL pinta la cancha con una pintura especial para césped, que luce mucho, pero cubre demasiado, tiene un poder de recubrimiento muy alto, sella la hoja y no la deja respirar, el pasto respira y come por las hojas, entonces al momento de sellarla con esta pintura, se muere. Al momento del partido todavía ves pasto, pero con el paso de los días, todas esas líneas quedan sin césped”, dijo el arquitecto que hoy se encarga del TSM y el Jalisco a La Afición.

Para recubrir las áreas que quedaron sin pasto, se decidió utilizar una variedad de clima frío, pues la que está de base en el Estadio Azteca es tropical y hubiera sido imposible que germinara rápidamente; según explica Héctor Raúl, quien trabajó 18 años en este inmueble.

“Lo que yo supongo, sin decir que así fue, porque a mí no me consta, pero por la experiencia que he tenido, al quedar tierra y estar en noviembre, el pasto Kikuyo, que es la variedad que se utiliza constantemente en el Estadio Azteca, no crece porque está en dormancia (se duerme), o sea que cuando la temperatura del medio ambiente baja de 14 grados centígrados, ese pasto ya no crece”, explicó.

“Tú única opción es ponerle un césped de clima frío, como el Ryegrass. Este pasto, en esa época, te germina en siete días y con eso cubres de césped todo lo que quedó quemado. El problema es que el Ryegrass tiene un color muy verde, intenso, y mientras haga frío como hasta apenas hace un mes, que podemos decir que todavía había temperaturas frescas, el Ryegrass no se va y le compite de tú a tú al Kikuyo, no se deja invadir”, agregó.

EL CALOR, AL RESCATE

El arquitecto que instaló la base en el BBVA de Rayados, al igual que realizó el cambio de artificial a natural en el pasto del Estadio de Chivas, advirtió que la hierba de Kikuyo está por encontrar su mejor forma, y ya empieza a devorar las zonas plantadas con Ryegrass, por lo que la cancha ‘eterna’ de futbol americano en el Estadio Azteca, debe estar viviendo sus últimos días.

“El Kikuyo, aparentemente entra en su periodo de mejor esplendor y empieza a crecer como ves en la foto, es un grosor brutal y crece como bestia, porque el Kikuyo no es césped, es una hierba rastrera y al momento que le da calor, empieza a invadirte todo, En este momento hace calor, despierta el Kikuyo y empieza a invadir al Ryegrass que ya no tiene nada que hacer”, puntualizó.
Pasto Kikuyo devorando Ryegrass (@rbarriosazteca)

  • Héctor Ortiz
  • hector.ortiz@milenio.com
  • Comunicación en la Universidad del Valle de México. Coordinador de La Afición digital en MILENIO. Enamorado del futbol, pero más de mi familia y los animales

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