El daño colateral del Jalisco a un año

Especial. Sin aficionados los negocios aledaños han sufrido las caídas de las ventas hasta casi el cierre definitivo.

Carlos Parra abre su taquería cercana al estadio Jalisco pese a la pandemia (Especial)
Alberto Ávalos
Guadalajara /

El futbol ha sufrido con el impacto económico que ha dejado el covid-19. La falta de gente en los estadios y la forma en que se vivía el deporte más popular del mundo ha cambiado, pero también ha dejado un gran daño colateral. El estadio Jalisco está por cumplir un año desde que celebró su último juego con aficionados. 


Fue un 7 de marzo de 2020, curiosamente un Clásico Tapatío entre Chivas y Atlas, por ende, los negocios alrededor del inmueble viven situaciones casi insostenibles.

Algunos han tenido que cerrar, a otros dueños la vida les cambió al verse infectados por el virus y por desgracia, las pérdidas humanas provocarán que las cosas no transcurran como lo hacían antes.

Carlos Parra Mercado tiene una de las taquerías en los locales más populares que se ubica en la zona sur del estadio, sus horarios en el último año llegan a ser de 9:00 a.m. a 1:00 am, o en su defecto, cuando las ganancias del día les permiten cerrar.

Los días de partido normalmente llegamos a vender 20 o 30 kilos de carne, ahora solo de 5 a 6 kilos por día, nos ha afectado este tiempo porque no estábamos preparados para recibirlo, nunca pensamos, no solo yo, en que fuéramos a vivir esta etapa, muchos han cambiado de oficio, cambió completamente la vida”, expresó.
Estadio Jalisco en el juego entre Atlas y Xolos (Imago 7)


Aunque ha tratado de mantener a su equipo de trabajo intacto, ha buscado estrategias como recortar horarios para reducir salarios y otras cuestiones, pues dice, hasta los gastos de la vida diaria se han tenido que modificar por las pérdidas económicas que hoy tienen.

“No ha sido fácil, ahora que no hay partidos de futbol hemos dejado de percibir lo que antes estábamos acostumbrados, ahora hemos estado al límite, pagando gastos, agua, luz, renta, empleados, sus sueldos, hemos llegado al punto de recortar sueldo de cuatro a ocho horas para que también ellos no se queden a conseguir ese dinero y nosotros sacar adelante los gastos”, reveló.

Por fortuna, puede seguir con puertas abiertas y a la espera de que la mesa de salud dicte una resolución para saber cuándo se abrirán las puertas del estadio Jalisco una vez más, algo que muchos de sus vecinos empresarios ya no soportaron.

“Hay negocios que tuvieron que cerrar, como a lado, un negocio que se dedicaba a la venta de cerveza por que no era costeable, otros que permanecen cerrados, siguen pagando rentas, pero que lo abrían los días de futbol, pero no hay entrada y están esperando a que se abra para tratar de emparejarse con sus gastos. Sabemos que no estará al 100 por ciento, pero ya lo que caiga es bueno, como dicen, hacemos lo posible para evitar gastar el dinero en cosas innecesarias”, finalizó.

Los tiempos han cambiado y pocos han sobrevivido a los estragos del covid-19, los que aún siguen de pie, tienen la vela encendida para reactivar sus negocios, aunque la realidad es que el balón se está jugando en otro lado de la cancha.

SRN

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