El fútbol mexicano profesional siempre ha contado con historias surgidas no sólo dentro del rectángulo, también fuera de la llamada línea de cal, a través de la versiones de directivos, directores técnicos y jugadores involucrados en franquicias de la Primera División o Liga Mx, así como en las categorías inferiores, una de ellas en Tamaulipas.
Dentro de los personajes involucrados con los Correcaminos de la UAT, esto en la década pasada, fue el estratega poblano José Luis Sánchez Solá. Al obtener éxito en el máximo circuito con los Camoteros del Puebla, primero ascendiéndolos desde la extinta Primera División A y llevarlos hasta la instancia de semifinales en una Liguilla, cayendo ante Pumas de la UNAM, contó una anécdota vivida en la capital Ciudad Victoria.
- Te recomendamos Fabián Salas, el último héroe de la Jaiba Brava, ahora defiende colores de los Correcaminos Futbol
“En una época donde había mucha violencia, aparecían muchos descabezados en la calles y el gobierno del estado me contrata con el mejor sueldo de mi vida, pagado por el rector y facturado. Lo único que pedían es que la gente hablara de fútbol y no de la problemática de inseguridad”, declaró el ahora comentarista de la cadena ESPN, en el podcast “El RePortero” con Yosgart Gutiérrez.
En esa etapa, el conjunto universitario estaba administrado por la autoridad siendo gobernador Egidio Torre Cantú, además de fungir como rector de la máxima casa de estudios estatal José María Leal Gutiérrez. El plantel fue vasto de acuerdo con las impresiones del Chelis.
“Había cartera abierta, tanto así que jugadores que estuvieron conmigo en Puebla ganaban prácticamente el doble con el Corre. Crearon un gimnasio y hasta lograron que jugara Golf en el Club Campestre, pese a la resistencia de la gente por no ser socio. El mismo gobernador me consiguió la membresía y me dio una recomendación: no estar ni en el lugar, ni a la hora equivocada”, apuntó.
Al equipo le alcanzó para llegar a una final de la antes llamada Copa Mx, pedida en penales y en el Estadio Marte R. Gómez frente a Dorados de Culiacán, cuyo capitán era el ex mundialista Cuauhtémoc Blanco. Los naranjas no lograron alcanzar el título en la división y, meses después, Sánchez Solá tomó otra decisión.
“Tenía una casa preciosa, comía bien, tenía un cuerpo técnico y jugadores perfecto, hasta que un día me hablan de Puebla, me dicen que tenía la autorización de un gobernante para regresar a dirigir a La Franja. Fui a la oficina de la directiva de Correcaminos, les planteé lo anterior, solo se me quedó mirando y dejé al club”, así terminó su historia en la institución universitaria.