En la década de los noventas, uno de los equipos que sorprendió en la Liga MX fue sin duda los Toros de Celaya, equipo que tuvo un estrepitoso ascenso al máximo circuito, motivo por el cual, Enrique Fernández Prado, propietario de los cajeteros solicitó ayuda del gobierno estatal para ampliar el estadio Miguel Alamán Valdez, pero le fue negada, así que recabó fondos de los habitantes del municipio para poder cumplir con los requerimientos de la Federación Mexicana de Futbol y jugar en Primera División.
Tras lograr la ampliación, el propietario les retribuye a los fanáticos su esfuerzo y contrató a una de las máximas figuras del futbol mundial como Emilio ‘Buitre’ Butragueño con quien llegó a la final de la temporada 1995-1996, última de torneos largos, viviendo un cuento de hadas.
Para la siguiente campaña arribó Hugo Sánchez y Miguel González, para completar la ‘Quinta del Buitre’ y lograr el objetivo de ser campeones, convirtiéndose en una tripleta histórica en el futbol mexicano.
Hoy 27 años después de este capítulo, el ex futbolista Héctor Medrano recordó su etapa con aquellos Toros de Celaya junto a los galácticos del Real Madrid, donde reconoció que tuvo un gran aprendizaje. El oriundo de Uruapan, Michoacán recordó que Hugo Sánchez no era del agrado de Emilio Butragueño y Michel, pero dentro de la cancha olvidaban si les caía bien o mal, pues eran conocedores del gran talento del Pentapichichi.
“El Buitre era un caballero. Hay cosas que uno aprende, cómo separar el que no me caigas bien y el que eres parte del equipo, así veían ellos a Hugo Sánchez. No había una buena relación entre ellos de decir: nos vamos a comer a casa de él, pero en la cancha decían: ‘hay que dársela a Hugo’. En las pláticas estaban Buitre, Michel y Hugo y nos platicaban cómo era en el Real Madrid, el Buitre decía: ‘cuando teníamos problemas dénsela a Hugo, algo va a pasar con el mexicano, ellos le reconocían eso a él”, mencionó en el podcast del periodista David Medrano.
Reglas merengues
A pesar de ser las grandes estrellas, señaló que no eran ‘divas’ y únicamente tenían reglas para una sana convivencia.
“Tenían sus reglas. Hugo dividía la habitación. El Pentapichichi compartía cuarto con Hugo Santana, todos les teníamos mucho respeto; imagínate a esos monstruos, imagínate decirle que prenda o apague la luz, que le cambie a la tele. Hugo decía: de aquí para acá todo es mío, de aquí para allá lo que tú quieras; apago la luz a tal hora. En ese cuarto no se escuchaba nada.
Además, Hugo formaba a los jugadores (al único que no formaba era a mí) para firmarles las playeras, todos querían la firma y la foto, se formaban como cuando vas a las tortillas”.
Michel era más suelto, más desmadrozo, él compartía cuarto con Chava Reyes.
El Buitre desconectaba el teléfono, decía: no hay llamadas; él tenía que descansar, no quería que lo despertaran, decía no a la televisión, se veía tele muy poco y te llevaba un libro, cada concentración, en este caso a su compañero el Mina, Luis Fernando Soto. Asimismo, decía que podía tomarse todas las fotos que quisieran, pero después de que comiera y no quería que lo fotografiaran mientras comía; ninguno era divo”.
Humildad galáctica
Por otro lado, Héctor Medrano señaló que le daba vergüenza la forma en cómo trataban a las estrellas del Real Madrid, pues ellos tenían que lavar sus uniformes en su casa y no como estaban acostumbrados en el conjunto merengue.
“Otra cosa que aprendí es que esa gente con todo lo que han jugado eran muy humildes. Me daba pena, al Buitre le entregaban su ropa en la mano. El estadio todavía no se terminaba de hacer y en el Madrid tenía su casillero, una toalla para pies, una para la cabeza y otra para el cuerpo, no tenía que preocuparse por nada y acá preguntaba ¿dónde dejo la ropa para que la laven? E increíblemente le decía que se llevará a casa para que él la lavara”, finalizó el ex jugador, quien se retiró de las canchas en el 2000 con la playera de Veracruz.