En 2020 la historia de José Antonio García Fernández cobró relevancia. De repente, un joven de 27 años veía cortada su carrera como futbolista profesional y condicionado a una silla de ruedas por una negligencia médica. Que un equipo como Pumas le haya fallado a un chico criado en la casa universitaria era algo inconcebible. El comportamiento de los entonces directivos Rodrigo Ares de Parga, Antonio Sancho y José Remírez dejó una mala imagen de un club que se precia de tener valores diferentes.
Todo ocurrió entre 2013 y 2014, cuando una lesión mal diagnosticada derivó hasta en cuatro operaciones, en una negativa del club a pagar los gastos de éstas y a dejar en el abandono a un joven que llegó desde los 10 años a sus equipos infantiles.
En entrevista con MILENIO-La Afición, José Antonio habla de lo duro que fue escuchar que tenía que abandonar el sueño de toda una vida, pero Toño nunca fue alguien que huyera de los retos, no lo hizo en el campo y menos lo haría en su vida. Aunque el destino lo llevó a estar en una silla de ruedas por más de un año, entendió que era un paso más para que su vida continuara avanzando, aunque tuviera que decirle adiós al futbol profesional.
Me da gusto ver que estás bien.
Sí, muy contento, y de salud, muy bien gracias a Dios.
Fueron años muy duros...
Sí, fueron muchos temas que se sumaron a lo largo de estos años, el retiro por cómo fue la situación, el tema de la silla de ruedas... fueron golpes muy fuertes.
La carrera de futbolista el sueño que tuviste desde niño, que lo trabajaste, lo luchaste, lo alcanzaste… ¿cómo fue dejarlo por una lesión?
Siempre es duro, lo mío, como fue tan de golpe, no me dio ni tiempo de asimilarlo, rápido tuve que cambiar el chip, porque no solo era retirarme, sino la forma en la que me retiré, y luego el estado físico en el que me retiré. Había esa prioridad de la salud que no me dio ni tiempo de asimilar el retiro, pero por supuesto que me dolió un montón.
¿Cuántas operaciones fueron?
Cuatro de cadera y una del tendón del psoas.
Hoy, médicamente ¿en qué etapa estás?
La última operación fue para evitar la prótesis, porque a mí ya me habían diagnosticado que era prótesis de cadera, me drenaron un gel que me estaba tapando el conducto por donde se nutre la cadera y se me estaba muriendo el hueso; si el hueso se llegaba a morir, ahí sí era prótesis, gracias a Dios no llegué a ese punto y la operación salió muy bien.
Liberaron la articulación y me metieron un combo de células madre y ozono para regenerar lo más que se pudiera la articulación, el hueso y parte del cartílago, por eso es que no podía apoyar; en muchos lados decían que había quedado paralítico, pero no, sino que por el tratamiento no se me permitía apoyar o cargarle peso a la articulación porque si no, no funcionaba el tratamiento ya que no lo dejabas actuar, por eso estuve el año en la silla, pero nunca dudé que iba a caminar.
La silla la dejé hace aproximadamente 8 meses, después tuve un proceso en muletas como de 6 semanas y de ahí empecé el tratamiento para caminar, ganar fuerza, y todo ese tema que es el tratamiento que actualmente estoy haciendo.
Mi intención es quedar lo mejor posible para hacer mi vida, sigo en un proceso de readaptación muscular y yo estaría encantado de poder volver a trotar o volver a correr; no lo he hecho, solo en alberca, pero en pista normal no, pero con buenas sensaciones y disfrutando del proceso.
La verdad que cuando estás en un proceso como el de la silla de ruedas y se te priva de algo que es tan natural como el caminar; yo ya en cualquier punto valoro un montón el estar parado, después de que estuve un año y medio en una silla, pararte es otra cosa y no lo valoramos porque es algo tan natural que uno ni siquiera es consciente y lo ve tan normal; no llevo prisa y contento con el proceso por cómo he avanzado y sigo creyendo que lo puedo lograr.
El tema legal ¿cómo va?
Es complejo, son temas tardados y está en proceso, no se ha definido nada en específico. Optamos por ir al TAS que es un poquito más caro, pero la resolución viene en un tiempo más corto, este tipo de procesos son muy desgastantes, la verdad es que he preferido deslindarme y dejarlo todo a los abogados que son los expertos porque si no, uno no vive.
Cambió la administración del club, alguien de la actual directiva de Pumas ha hablado contigo o se ha acercado a decirte ‘Toño, arreglemos esto’
No, sé que han cambiado las directivas; todo mi tema fue con la directiva pasada, sé la interna del club porque son personas con las que he convivido toda mi vida, pero a la nueva directiva no tengo el gusto de conocerla, pero no, a día de hoy no hemos entablado ninguna especie de conversación.
¿Qué sentimiento te produjo el hecho de que un club al que llegaste siendo un niño, al que le diste tus sueños y tu vida como futbolista te dio ese trato?
Fue una vida entera ahí, llegué a los 10 años a la institución y es una institución a la que le tengo un cariño muy grande y que la adoro. Al final las formas son las que a uno le pueden doler, pero lo he dicho, Pumas no es una o dos personas que fueron con las que yo tuve el tema; no, Pumas es mucho más grande que todo eso. La verdad es que yo no le guardo ningún rencor a la institución; al contrario, le estoy agradecido de por vida porque me dio la oportunidad de formarme como jugador, como persona, y me dio la oportunidad de jugar en Primera División y de cumplir mi sueño. Repito, la institución no son esas dos personas, es muchísimo más grande que todo eso.
¿Te volviste a encontrar con Toño Sancho o José Ramírez, alguno te contactó para decirte ‘la regué en ese momento, discúlpame’?
No, y no lo esperaba, y si lo hicieran lo agradecería simplemente, pero no lo espero; al final tampoco los culpo, ellos tomaron las decisiones que creían eran las correctas en ese entonces y muy respetables, las puedes compartir o no. En el tema de Toño (Sancho) no lo entiendes, porque él estuvo ahí, fue jugador; en el caso de José, era una persona que no estuvo ligada a la institución.
¿Hubo algún resarcimiento económico o todo siguió siendo por tu cuenta?
No, todo siguió igual, yo seguí haciéndole frente a todos los gastos y sigo haciéndolo.
Y qué sensación te dejó que tú le entregaste todo al futbol, porque te lesionaste por estar en el campo y no por estar en una fiesta, y eso no lo valoraron y no te respaldaron
Sí, yo me lastimé con un contrato vigente y haciendo mi trabajo, siempre fui un jugador disciplinado, nunca tuve un problema por ese tema, y no digo que por eso yo merezca más que algún otro, pero creo que sí un trato digno. No le deseo a nadie que le pase o que viva lo que a mí me tocó vivir, pero como experiencia me ha dejado mucho, me ha ayudado a crecer, que me haya pasado prefiero agradecerlo a negarlo.
En su momento te duele y te pueden llegar a molestar las formas, pero no pienso vivir con ese sentimiento de enojo, ya hice ese proceso, me costó mucho mentalmente liberarlo y pasó como tenía que haber pasado; algo tenía que aprender y no es algo que te pueda decir que te gusta pasar, pero a todas las personas en la vida nos toca pasar un proceso así y hay que aprenderlo, soltarlo, liberarlo… así lo he intentado hacer y lo he estado trabajando.
Ahora las sensaciones son muy diferentes. Cuando recién pasó uno está lleno de enojo, pierdes lo más valioso que tienes que es tu carrera, tus sueños, tus ilusiones y termina de una forma que no quieres que termine o nunca visualizaste que fuera a terminar así, pero ahora agradezco que tuve la fortuna de haber estado ahí, de haber sido jugador profesional, disfrutar en un equipo como Pumas y vivir todo lo que lo que me tocó vivir.
¿Cómo lograste rebelarte y no tirar la toalla?
No te voy a mentir, sí hay momentos duros y otros donde no ves salida, pero se lo prometí a mi familia y me lo prometí a mí mismo, lo tomé con ese enfoque, vi por mí, porque al final sabía que si no perdonas esta situación el único que se iba a afectar era yo.
El proceso de silla de ruedas no fue fácil, pero para mí la silla fue como un maestro, me enseñó un montón de cosas de mí que yo no conocía. A raíz de este proceso aprendí que cada situación la tienes que vivir, la tienes que sentir y luego soltarla, y ahí es cuando ya no la arrastras, cuando ya no te pesa, lo he tomado con esa filosofía porque la vida es así. Te digo muy contento y agradecido, sé que cualquiera diría ‘este loco con todo lo que le paso qué vas a agradecer’, pues yo lo agradezco y ahora la vida sigue, tengo otros retos otros objetivos por cumplir y eso me motiva.
¿Hoy estás en paz?
Sí, la verdad que estoy tranquilo, disfruto mucho mi nueva etapa, me he reinventado en muchas cosas; estoy en cosas nuevas y eso alimenta la motivación y no me estanco, no me quedo en el mismo punto donde me aburra o me frustre y lo demás es tiempo. Estoy muy contento y al final con estos procesos lo que más he ganado es paciencia y ahí vamos, ahí vamos. Para eso vive uno, para ser feliz, sonreír y disfrutar las etapas buenas y las malas.
Toño García sonríe, bromea, pero sobre todo camina y mira hacia delante con el optimismo que siempre ha tenido.
MGC