Jürgen Damm ya está en Cancún, se pone a las órdenes de Fernando Ortiz y tendrá retos y exigencias por delante para asegurar su estancia en el club. Desde el entorno del jugador aseguran que llega con contrato, que no se trata de un ensayo lo que vivirá estas semanas. Fuentes del club dicen que hay un acuerdo, que se evaluará si es registrado, algo que no genera problema es que no ocupa plaza de extranjero y eso le concede un gran beneficio, pero mientras no llegue un anuncio oficial de las Águilas cualquier versión cabe. Lo único cierto es que Damm quiere y América le mueve tenerlo.
Hace algunos años el nombre de Jürgen Damm era el de uno de los jugadores que más comentarios generaba, debutó a los 19 años en Estudiantes Tecos, desde entonces, el flacucho jugador nacido en Veracruz demostró que poseía cualidades especiales, sobre todo una gran velocidad para irse con facilidad de sus marcadores.
Fue uno de los fichajes mediáticos cuando Tigres pagó a los Tuzos alrededor de 10 millones de dólares a mediados de 2015, una cifra demasiado elevada para un jugador mexicano que se mueve en el mercado nacional, en los tiempos en los que el equipo regiomontano buscaba el título de la Copa Libertadores, pero no la ganó.
Eso sí, Damm fue un jugador que con Tigres tenía actividad constante y ganó títulos de Liga, los rumores que equipos europeos estaban interesados en sus servicios se mantenían activos, varias veces se llegó a decir que estaba arreglado con algún equipo europeo, le ayudaba el hecho de que tuviera nacionalidad alemana y por eso se vendía esa idea una y otra vez.
Sin embargo, Jürgen despejó todas las dudas cuando salió a decir que él no cambiaría los privilegios que tenía en México y que no tendría en otro país. Decisión cuestionable, pero válida, porque cada quien elige donde ser feliz. Y su idilio con Tigres acabó, no salió de la mejor manera, se negó a renovar su contrato y se fue el Atlanta United de la MLS, donde no pudo ser el jugador que los estadunidenses esperaban.
Y de nuevo otra vez el dinero de por medio, porque en noviembre del año pasado fue notificado que no entraba en planes y prefirió quedarse sin jugar y cobrar íntegro su salario a buscarse otro equipo. Pero ahora ha llegado el tiempo en el que busca recuperar el aspecto deportivo.
La zona más inestable
Damm llegaría para jugar en la banda derecha, una zona en la que América no ha logrado acertar con sus últimos fichajes, el más claro el de Juan Otero, quien llegó el pasado torneo como solución a los males, pero la realidad es que ni con Solari ni con el Tano Ortiz logró ser un jugador de peso en esa parcela.
Desde la salida de Renato Ibarra, no hay un jugador que le pueda dar una cuota de buen rendimiento a las Águilas, de hecho los últimos meses del ecuatoriano en el club tampoco fueron los mejores, ahora llegaría Damm para tratar de ser esa solución, aunque se le tenga poca fe.
Y esa falta de confianza que despierta Damm en los aficionados es natural, no tiene actividad desde el pasado mes de noviembre y en el Atlanta United tampoco le fue tan bien, 39 partidos y solo un gol y tres asistencias en su paso por la MLS. Números que para llegar como refuerzo al América son muy pobres, pero ya se verá quién tuvo la razón.
Damm pasó de ser una estrella en potencia a un jugador que ahora toca la puerta de un equipo del tamaño de las Águilas, un club que le concede una oportunidad mayúscula, todo parece indicar que a los 29 años, el reto de su vida ha llegado, o revitaliza su carrera o se hunde.
MGC