En el 2006 el panameño Felipe Baloy, entonces jugador del Monterrey, fue víctima de racismo por parte de la tribuna de Santos Laguna; en el 2014, Ronaldinho fue llamado ‘simio’ por Carlos Manuel Treviño, ex Secretario de Desarrollo Social de Querétaro, cuando el brasileño era jugador de los Gallos Blancos. Y el ecuatoriano Darwin Quintero, quien militaba en el América, fue llamado ‘esclavo de mierda’ por el paraguayo Darío Verón, ex de Pumas. Estos son solo algunos ejemplos de que el futbol mexicano no está exento de actos discriminatorios y racistas, nunca lo ha estado.
El último episodio sucedió el pasado domingo en el estadio Alfonso Lastras Ramírez de San Luis, donde algunos aficionados hicieron sonidos de simio que dedicaron al delantero ecuatoriano Miler Bolaños, de los Xolos de Tijuana. Apenas un par de personas, cuyo comportamiento registró un celular, que viralizó las imágenes a la velocidad de las redes sociales. Fue la Jornada 12 del futbol mexicano y se habló más de esas imágenes, que del 3-2 con que ganó el visitante.
¿Qué pasa en los estadios mexicanos que si no son gritos, como el del estadio potosino, son los ya infaltables ¡ehhh, puto! de cada tiro de esquina?
Jaqueline L’Hoist, defensora de los Derechos Humanos, una especialista con larga trayectoria en estos temas, además de ex presidenta del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en la Ciudad de México (Copred), asegura que buena parte de la explicación está en nuestro comportamiento del día a día.
“Como sociedad tenemos que reconocer que somos racistas y que somos clasistas, y esto se deja ver de manera muy clara en el deporte, se deja ver mucho más en los partidos de futbol, desafortunadamente”.
L’Hoist, impulsora de iniciativas garantes del trato igualitario, sigue: “Por campañas no se ha parado; nunca, como antes, las personas estamos conscientes de que existe al racismo y de que existe el clasismo y la discriminación a las personas indígenas, afro, a quienes tienen una apariencia, aparentemente, diferente a la heteronormativa; es decir, la información ahí está”.
El acto racista en el estadio potosino se da en el contexto de un tiempo de tolerancia decretado por la Liga Mx entre las fechas 11 y 14 para que aficionados y clubes se alisten para la Jornada, a partir de la cual entrará el vigor el protocolo, y las sanciones, del Código Disciplinario de la FIFA.
“Me parece bien que, a partir de esta reflexión, ya empiecen a existir sanciones a la afición (se jugarían partidos a puerta cerrada, ante mal comportamiento del público), porque mientras siga siendo pagar una multa, los clubes la pagan y parece que no pasa nada, pero cuando la afición se dé cuenta que su conducta afecta a su equipo, que no va a poder jugar o no lo va a poder ver, me parece que lo podrá repensar y darse cuenta entonces del impacto que tienen sus palabras”.
La FIFA sancionó a la Federación Mexicana de Futbol hasta con 14 multas por el mal comportamiento de los aficionados en partidos de la Selección Mexicana de Futbol; en este caso el grito ¡ehhh, puto! ha considerado homofóbicos, y también podía haber sanciones a ese nivel en próximos competencias internacionales, como la Liga de Naciones, que está por jugarse.
FCM