Cruz Azul abdicó. Sí, el título que tardó 23 años en llegar no pudo ser refrendado por una Máquina que terminó por convertirse una caricatura de sí misma. El equipo de Juan Reynoso nunca estuvo cerca de defender su corona, el semestre fue malo y no hubo peor manera de terminarlo que con una implacable goleada de Monterrey por 4-1.
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Rayados está en la liguilla y ahora enfrentará a Atlas en cuartos de final, con un marcador contundente que alivia el mal cierre que tuvo de torneo; en cambio, Cruz Azul deberá replantearse muchas cosas.
Intercambio de golpes
El primer tiempo fue de ensayo y error para Juan Reynoso. Con el recuerdo fresco del baile que en esta misma cancha le dio Monterrey en la semifinal de la Concachampions, el peruano apostó por una línea de cinco en el fondo y dejó en la banca a elementos como Jonathan Rodríguez, Roberto Alvarado y Luis Romo. Un planteamiento conservador a todas luces.
Y muy pronto el plan de contener a Rayados se derrumbó cuando apenas a los 10 minutos Fernando Guerrero –con previa revisada en el VAR– decretó un penal a favor de la visita por una mano de Julio César Domínguez, en un centro que Rogelio Funes Mori no alcanzó a conectar. Desde los 11 pasos fue el mismo Mellizo el encargado de adelantar a su equipo.
El mazazo lo resintió La Máquina que empezó a dejar espacios que Monterrey estuvo cerca de capitalizar con dos tiros de Funes Mori; en uno la puntería le falló y en el otro Jesús Corona detuvo. Sin embargo, fue el preámbulo para que al minuto 26 Maximiliano Meza recibiera en los linderos del área y sacara un disparo a la media vuelta que venció al portero celeste.
El 2-0 sacudió a un Cruz Azul que parecía finiquitado; sin embargo, apareció el orgullo ahora sí se lanzó con vehemencia al ataque. Vino primero un cabezazo de Santiago Giménez, anulado por una falta previa. Después llegó otro servicio e Ignacio Rivero cayó al césped. Guerrero no dudó y marcó el penal que Yoshimar Yotún hizo efectivo a los 29 minutos.
La Máquina tenía vida y por poco lograba el empate en los botines de Guillermo Fernández, quien recortó con maestría a Kranevitter, pero le entregó su disparo a Andrada.
Aún no se llegaban a los 40 minutos y Juan Reynoso comprendió que su planteamiento había fallado, era momento de arriesgar; con el empate tan cerca el peruano no esperó más y mandó a Jonathan Rodríguez y Roberto Alvarado por Rafael Baca y José Joaquín Martínez.
Y La Máquina acarició otra vez la igualada con un tiro libre de Rivero que sorprendió a Andrada, pero entre un leve desvío del portero y el travesaño se ahogó el festejo. El primer tiempo se esfumó con polémica por un probable penal a favor de Rayados que no se sancionó.
Adiós al campeón
Cruz Azul inició el complemento con la misma inercia: volcado al ataque. Los primeros arribos fueron tibios hasta que Santiago Giménez se encontró con una pelota en el área, sin marca alguna, pero mandó su disparo a las nubes. A La Máquina lo estaba ahogando el tiempo y Rayados de nuevo apeló a la paciencia para esperar alguna oportunidad.
Y ésta cayó en un rebote que Funes Mori tomó en el área para fusilar a Corona. 3-1 definitivo y Monterrey sellaba su pase a cuartos. Aún así Cruz Azul lo intentó, pero a Bryan Angulo se le anuló un gol y Vicent Janssen le dio forma a la goleada ya en los últimos minutos.
El temor de Juan Reynoso no fue en vano. Monterrey le repitió los mismos cuatro goles. Así se acabó el reinado de este Cruz Azul, con una imagen tan pobre y solo el tiempo sabrá cuánto llegará su revancha.
ZZM