Se le catalogó como indisciplinado. En 2007, cuando era parte de la selección Sub 20, Sergio Arias fue separado porque supuestamente rompió las reglas. Él lo negó, pero fue un episodio que lo marcó, porque en varios clubes consideraban que podía ser problemático.
Detalles como ese, combinados con el buen momento que vivió Luis Michel en aquel entonces con Chivas, hicieron que el Mochis no debutara en la Primera División, pese a que fue el arquero titular del Tricolor Sub 17 campeón del mundo en Perú 2005.
A 14 años de tocar la gloria, Arias recuerda las lecciones que le dio el futbol, y acepta que aunque le costó, asimiló el hecho de que si nunca logró debutar en Primera División y que si las lesiones lo aquejaban, entonces debía perseguir otros sueños.
Hoy día, Arias es entrenador de porteros del Deportivo Cafessa, de la Segunda División, y estudia el curso de entrenador del Endid de la Federación Mexicana de Futbol.
Sergio no perdió la sonrisa, encontró su equilibrio como persona cuando formó una familia, pues después del título mundial “se me complicó un poquito por circunstancias, pero pude hacer una carrera en el ascenso que no es nada fácil. Me mantuve 11 años entre buenas y malas, tampoco es nada anormal. Nunca estás exento de estar arriba o abajo, deber estar mentalmente estable y fuerte para aguantar ese tipo de circunstancias”.
Y retrata como lo más difícil “el no haber debutado, llegó un momento en que me pudo haber marcado, pues yo decía, 'por qué ellos sí y por qué yo no, por qué yo estoy acá'. Ahí es donde empieza la menta a jugar un poquito, y empiezas a dudar o algo. Después entra la madurez y entiendes que a cada quien le toca vivir su vida, su parte como jugador. Los últimos años los tomé de mejor manera, fue cuando tuve mi mejor etapa en el ascenso”.
¿Cómo te imaginabas 14 años después del título?
Me imaginaba jugando, no me veía en el retiro ni irme a los 29 años, quería jugar hasta los 35 o 40, pero me pasaron circunstancias. En el ascenso no hay muchos reflectores, tienes que ser muy constante y seguir agarrando trabajo. Tuve lesiones, operaciones de rodilla, y llegó el momento en el que no me daba para más. Así que pensé en prepararme para transmitir lo que viví, para que las futuras generaciones lo hagan mejor.
¿Los deslumbró el título?
Bueno, los reflectores fueron más, todo mundo se fijaba en qué hacíamos, qué no hacíamos, pero deslumbrarnos no, seguíamos de la misma manera. Los que subieron directamente a Primera División, ahí sí les puede cambiar su vida, porque empiezan a ganar un poco más, son cosas diferentes, pero a los que no nos tocó llegar, no pasó por ese por tema.
Arias recuerda con nostalgia el título mundial. Eran niños y no se daban cuenta si no había el suficiente apoyo directivo, si no había recursos, si no estaban en los hoteles más lujosos, para ellos, estar concentrados en el lugar que sea era ya un logro. Se divertían y disfrutaban pese a no tener reflectores.
“Nos fuimos sin que nadie nos viera. Cuando regresamos nos dimos cuenta de la cantidad de personas que nos estaban esperando, yo creo que ahí tampoco no la creíamos tanto”.
MGC