Oribe Peralta, el héroe del 'Tri' en Londres 2012 y su carrera llena de historias

Edición Fin de Semana

El 'Cepillo' batalló para consolidarse en Primera División; después explotó su talento y fue el artífice del mayor logro de la Selección Mexicana

Oribe Peralta, héroe de Londres 2012
Ciudad de México /

Oribe Peralta siempre tuvo claro que el espacio para expresarse mejor era en la cancha. Nunca fue de los que diera de qué hablar con declaraciones, aunque sabía que su nombre tenía peso.

Tras 19 años como futbolista dijo adiós, con un sinfín de historias que nacieron en la Partida, un pueblo cerca de Torreón, en el que las canchas de polvo no han cambiado desde sus primeros pasos, pero las que sí lucen diferentes, son las calles, algunas de ellas pavimentadas gracias al Cepillo –según contó su familia– como una muestra de gratificación por parte de algunos presidentes municipales hacia el futbolista.

Picando piedra

El gusto por el futbol le nació por su papá, quien en algún momento llegó hasta la Tercera División. Oribe siempre iba de su mano a los partidos y, por supuesto, lo veía con ese entusiasmo y admiración de hijo. Incluso, ya en su paso con Santos, el futbolista insistía en que su padre era su ejemplo a seguir en el futbol.

"Mi papá, él siempre fue mi gran ídolo, cada vez que tengo la oportunidad se lo digo. Él jugaba futbol, era muy bueno y llegó hasta Tercera División, como yo siempre lo acompañaba, de ahí me nació el gusto por jugar", dijo Peralta en una entrevista que concedió a MILENIO previo al Mundial de Brasil 2014.

Uno de los momentos más complicados para el delantero se dio cuando tenía 16 años, sufrió una fractura de tibia y peroné, y aunque intentó regresar a la cancha un año después, el dolor seguía, así que pensó en dejar a un lado sus objetivos de dedicarse al futbol. Su mamá fue quien puso un alto a ese pensamiento, le pidió que se diera dos años más, que si no lograba debutar, entonces sí, se ponía a estudiar.

Y sí, en el 2003, con 19 años, Peralta debutó con Monarcas Morelia a falta de tres minutos para que terminara el tiempo regular del partido, el cual su equipo perdió 2-1 ante el América. Ahí comenzó su historia en el máximo circuito.

La consagración

Después de eso, el momento en el que más se le recuerda es en la Final de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, en aquel duelo en el que México le ganó a Brasil, y en el que anotó los dos goles que valieron el oro. El primero lo hizo con 28 segundos en el reloj, el segundo, a los 75 minutos.

Y cuando el árbitro silbó, lo que le vino a la mente fue la promesa que le hizo a su familia: "Yo les dije a mis hijos y a mi papá que iba a hacer hasta lo imposible por conseguir una medalla, fue lo primero que se me vino a la mente cuando pitó el árbitro, que tanto sacrificio y el estar lejos de ellos había valido la pena".


Su mentalidad siempre ha sido la misma, según comentó en aquella entrevista. Nunca rendirse ni sentirse menos que el de enfrente. "Mientras más alto apuntes, más alto vas a llegar, la mayoría de los mexicanos tenemos esa mentalidad de conformarnos, de decir: 'son más buenos que yo', son mejores, pero no, todos somos iguales”.

Oribe Peralta concluyó su carrera futbolística, con un total de 206 goles en los siete equipos en los que jugó en Primera División. Se fue el héroe de Londres.

MGC

  • Minelli Atayde Zarco
  • minelli.atayde@milenio.com
  • Editora general de La Afición. Periodista deportiva con 20 años de experiencia. Conductora de La Afición en Milenio Televisión

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