El duelo que por tradición e importancia de los equipos que se medían en el Olímpico Universitario parecía ser el encuentro de la semana, pero como de costumbre nos quedó a deber. Pumas y Chivas empataron sin goles (0-0), demostrando que ambos viven una severa crisis, de la cual parecen no encontrar la forma de salir.
Ambas escuadras tuvieron oportunidades de abrir el marcador, pero la artillería salió con la mira chueca y todo quedó en suspiros, enojos y frustraciones.
En los minutos finales, los tapatíos perdonaron a los universitarios, por lo que el punto que sumaron en CU les sirvió para avanzar a la décima posición de la tabla general con 10 puntos, mientras los auriazules se mantuvieron en el décimo sexto lugar con 6 unidades.
La próxima semana Pumas visitará a Mazatlán donde intentarán recomponer el camino; mientras el Rebaño recibirá al Pachuca.
Sacaron las garras
El grito de gol se ahogó en la garganta de Andrés Lillini y sus discípulos, quienes ya se estaban saboreando un eufórico festejo, el cual pudo significar la cereza del pastel en su aniversario 67.
Con apenas un minuto en el reloj, Pumas sorprendió a la defensa de Chivas cuando Leo López filtró un pase para Jerónimo Rodríguez, quien llegó a línea de fondo y sacó un centro raso. Montejano se barrió para intentar empujar la pelota al fondo del arco, pero se quedó a centímetros de conectar el esférico, por lo que la redonda continuó su camino hasta segundo poste, donde apareció Sebastián Saucedo, quien logró controlar el esférico y de media vuelta sacó un disparo que por desgracia para los auriazules terminó en los túneles del Olímpico Universitario.
Tras esta jugada, Víctor Manuel Vucetich se limpió el sudor de la frente, volteó al cielo agradeciendo la falla universitaria, y posteriormente le llamó la atención a sus jugadores, quienes entraron ‘dormidos’ al encuentro, ya que en los siguientes minutos fueron dominados por los felinos, quienes controlaron el esférico en busca de generar alguna jugada de peligro, pero el Rebaño se ‘amontonó’ en el fondo y logró evitar por algunos minutos que su cancerbero tuviera que emplearse a fondo.
Después de varios minutos aguantando el dominio felino, Raúl Gudiño se puso la capa de héroe para salvar a los tapatíos del primer tanto de la tarde. Meritao filtró un balón para Favio Álvarez, quien y sacó un zurdazo el cual desvió el guardameta tapatío.
La polémica se hizo presente cuando Uriel Antuna metió un pase para Mayorga, quien intentó recortar a Saucedo, quien, en su intento de barrida, el balón le pegó en la mano, por lo que los rojiblancos exigían una pena máxima, pero el árbitro central, Fernando Guerrero reconoció que sí le había pegado en la mano, pero la tenía pegada en el cuerpo.
Ante esto, Chivas despertó. Isaac Brizuela desbordó por la banda izquierda y al llegar a línea de fondo retrasó la pelota para José Godínez, quien de primera intención sacó un remate, que terminó en las tribunas del inmueble.
A segundos del silbatazo que indicará el final del primer tiempo, nuevamente Gudiño se erigía como la figura del encuentro, pues con un manotazo logró mandar a tiro de esquina un disparo de Álvarez que parecía terminaría en el fondo de su arco.
¡Perdonaron!
Para el segundo tiempo, el duelo se convirtió en una batalla en mitad de la cancha. Por algunos momentos el conjunto universitario se convirtió en amo y señor de la pelota, pero Chivas se encerró atrás, por lo que los locales no lograron generar jugada de peligro sobre el arco de Gudiño. Esta situación parecía muy cómoda para los visitantes, pues intentaron generar peligro con base al contragolpe, pero Pumas estaba bien parado atrás, así que los desdobles tapatíos no fueron productivos.
Conforme los minutos transcurrían, el encuentro se ensució, ambos clubes cortaban las jugadas con falta, por lo que Fernando Guerrero comenzó a repartir tarjetas amarillas. Ante esta situación, Vucetich comenzó a realizar sus cambios para darle mayor profundidad a su equipo, movimientos que le resultaron, pero que no fueron tan efectivos, pues la zaga auriazul despejó todo balón de peligro que llegaba a su área.
Parecía que el gol únicamente llegaría de forma espectacular o con un error. Julio González, quien había tenido una tarde muy pacífica, intentó despejar un balón retrasado, pero le pegó mal regalando el esférico a Cisneros, quien vio mejor posicionado a Uriel Antuna, quien entró completamente solo y fusiló a González, quien recompuso su error y tapó el fogonazo del ‘Brujo’. Un atajadón del cancerbero auriazul, quien evitó el descalabro felino.
Parecía que los minutos finales del encuentro parecían ser de puro trámite, pero Chivas tuvo el triunfo en los pies de Carlos Cisneros. Tras un trazo largo, el delantero del Rebaño se perfiló sólo contra González, quien achicó perfectamente, pues Cisneros intentó recortar al guardameta universitario, pero se le alargó la pelota y su disparo se impactó en la publicidad.
ZZM