Pumas no despierta, sigue en el letargo, es un equipo que sufre los partidos desde el trámite de los mismos, porque tiene poco sentido colectivo y tampoco cuenta con individualidades que le den alguna aspiración. El torneo se está haciendo un padecimiento para el conjunto universitario al que cuesta un rosario generar acciones de gol.
Universidad mantuvo la tónica de sus últimos compromisos, es decir, la de un equipo que quiere, pero no puede, uno al que se le empieza a notar que la ansiedad lo está superando, no es para menos cuando el accionar del equipo no alcanza el tono que espera el cuerpo técnico ni el mismo grupo.
El deseo universitario no se refleja en un buen accionar, no encuentra la hoja de ruta Universidad para elaborar acciones de peligro, le mueve Andrés Lillini, pero en la sala de máquinas no aparece un jugador que le dé esa chispa de creatividad al conjunto auriazul. Cuando a un equipo le falta el juego de conjunto y el arrebato individual, las opciones de ganar se reducen, y eso es lo que la pasa a Pumas en estos momentos.
Es cierto que el equipo de Lillini busca, con sus limitantes, pero lo hace, quizá no con tanta vehemencia, porque su baraja de recursos tampoco es tan amplia y hay jugadores como Battocchio o Corozo, que todavía no asumen el peso que se espera de ellos, para que tengan un peso más decisivo.
Un par de esfuerzos llevó a Mozo a entrar en el área, pero la progresión del defensa universitario se frenó con una buena barrida de la zaga queretana. Tenía un ligero control del partido Pumas cuando vino una acción que le metió un buen susto. El árbitro, Óscar Mejía marcó un penal en un forcejeó entre José Galindo y Kevin Ramírez, pero el VAR lo hizo rectificar, porque la falta había sido fuera del área.
No reaccionó por juego Pumas, no lo muestra el conjunto de Lillini, así que su acción más peligrosa llegó con un chispazo de Sebastián Saucedo, que controló la pelota por izquierda, recortó hacia el centro y lanzó un derechazo que pegó en el palo y se fue desviado. Se lamentó Lillini y todo Universidad.
La respuesta de Querétaro fue inmediata, pero igual de errática, porque Nicolás Sosa es un delantero que también vive en la oscuridad, el uruguayo tuvo un par de ocasiones, una muy clara, tras un centro por la izquierda, apareció solo en el área, pero falló su remate.
El segundo tiempo tampoco mejoró en demasía, son dos equipos a los que el miedo a perder les puede en demasía, toman muchas precauciones en defensa. Fue Querétaro el que tuvo otro par de llegadas, pero tampoco tiene mucha fortuna en ataque.
Mientras Pumas se fue diluyendo, sobre todo en medio campo, donde perdió peso y por ende dejó de competir con mejor presencia. Y la suerte también le ha abandonado, por ejemplo, cuando al 87’ Gabriel Torres filtró para Marco García, que entró al área y picó la pelota ante la salida del portero Washington Aguerre, pero la bola pegó en el travesaño.
Luego Fabio Álvarez se fue expulsado (de manera muy rigorista) y bajaron aún más las opciones de Pumas por ganar, aunque Mozo se ánimo y mandó un centro que Galindo cabeceó, pero el portero Aguerre repelió con una manotazo . A Universidad le urge despertar, porque si no el torneo se le esfumará muy pronto.
RGS