Juan Carlos Leaño tiene por delante la cancha donde creció, donde soñó y donde cumplió el anhelo de millones: llegar a Primera. Llegar como si fuera una estación de tren o como si fuera sencillo.
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Alrededor del Cheto hay señalamientos de que pudo jugar en Primera División gracias a su apellido, pero no; el ahora vicepresidente de los Tecos y vicerrector administrativo de la Universidad Autónoma de Guadalajara revela que no fue sencillo para él. Que por más que se diga que debutó por ser hijo del licenciado Antonio Leaño, él trabajó como el que más, 14 años se comió viajes, concentraciones, pretemporadas, la disciplina siempre estuvo de su lado; no fue casualidad que cumpliera 300 partidos en Primera División. El ex defensa, en un mano a mano con La Afición, habló sobre sus recuerdos en el mundo del futbol y los buenos tiempos, desde aquella final en 2005 o hasta los entrenamientos matutinos.
“Tuve cosas a favor y en contra, seguramente poco de las dos, no sé si no hubiera llegado si no fuera un Leaño o al revés, no sabemos. Cuántos (Leaño) no quisieron jugar y estuvieron en las fuerzas básicas y no les dio, por alguna u otra cosa, al final de cuentas fui un afortunado entre millones de personas que quieren jugar. Como dices, si me regalaron o no, es más, te pueden regalar tres partidos, cinco o diez partidos, pero estar en Primera durante 14 años y jugar más de trescientos y tantos partidos, eso no te los regala nadie, con diferentes entrenadores que al principio no me ponían y terminaba jugando, no era que les exigieran ponerme, 300 partidos después no lo puede decir nadie”.
¿Te hubiera gustado formar parte del equipo de 1993-1994?
Sí, y en ese momento me decidí ser profesional, cuando levantaron el trofeo, dije ‘espero algún día vivir eso, quiero tener una final con estadio lleno’, la tuve la final llena, pero no nos tocó ganar, nuestro equipo volaba, estuvimos cerca, pero así es esto del futbol y me quedo con buenos recuerdos.
El América del 2005 también volaba, era un equipazo, difícil esa final para ustedes, ¿cómo te quedas con ese subcampeonato?
Era un equipazo el del América, lograron el título y pese a que tuvieron un torneo más discreto que nosotros, ellos eran buenos, en realidad era un equipazo y si le sumas el doceavo jugador, como la tribuna del Azteca, que todo pintado de amarillo, eso ayudaba al rival y de los árbitros ni hablar, pues nos acuchillaron en esa final.
¿Qué extrañas del futbol profesional?
La competencia, la adrenalina de salir a la cancha, los viajes, las concentraciones y extraño hasta las pretemporadas, esos episodios largos, esos tres entrenamientos al día, estar muy perreado, pero la verdad hasta eso extrañas cuando estás lejos de la actividad profesional.
Muchos han dicho que si tuvieran la mitad del dinero, la fama, el apellido Leaño, no se pararían a entrenar, ¿a ti qué te motivó?
El amor al futbol el sueño de jugar en Primera División podía con cualquier otra cosa, y más allá si mi familia tenía dinero, esto era un mérito mío, un sueño que yo tenía y que no me lo hubiera dado ninguna de las cosas que mencionaste, pero fue disciplina, trabajo, resiliencia; tratar de mejorar a diario, a ti que te tocó seguirme, era de los primeros en llegar para ir a terapias, trabajar extra en gimnasio, para aminorar mis dolores de la espalda y las rodillas y así es el futbol, si no eres disciplinado y constante, será difícil de conseguir.
¿Volverán los Tecos al futbol profesional?
Sí, me gustaría estar de técnico o directivo, pero tengo responsabilidades en la Universidad que no me permiten estar de lleno, pero queremos jugar en la Liga de Expansión de manera deportiva, no tenemos ningún interés en comprar una franquicia, tenemos la apertura de escuchar a otros equipos, pero queremos volver al futbol por méritos deportivos, no comprando una franquicia.
SRN