Bien dicen que la esperanza es lo último que muere y Tepatitlán así lo demostró en su victoria ante Mineros de Zacatecas. Con una misión que parecía imposible, los alteños llegaron al Estadio Carlos Vega Villalba para enfrentar al tercer lugar de la tabla.
En el papel, Tepatitlán era el club con menos probabilidades de clasificar entre los aspirantes. Pero en el fútbol nada está escrito y el milagro se dio con un triunfo agónico por marcador de 1-2 que selló su pase a la Liguilla.
Primer tiempo sin muchas emociones
El primer tiempo fue parejo y con pocas emociones. Mineros fue ligeramente superior, logrando neutralizar los intentos ofensivos de Tepatitlán, que resistía y buscaba espacios. Todo indicaba que el marcador no cambiaría y con los otros clubes también peleando por un boleto, parecía que los alteños se despedirían del torneo.
Sin embargo, el segundo tiempo fue otra historia. Tepatitlán salió con otra cara, más agresivo, más decidido. Al minuto 63, un tiro de esquina desde la izquierda fue rematado con un remate espectacular de palomita por Amaury Escoto, que mandó el balón al fondo de las redes. Era el 0-1 y la esperanza revivía: Tepatitlán estaba, momentáneamente, en zona de Liguilla.
Sin embargo, apenas cinco minutos después, Mineros respondió. Una jugada bien tejida desde el medio campo rompió a la defensa jalisciense y tras un primer remate atajado por Ricardo Díaz, fue José Hernández quien aprovechó el rebote para empatar el encuentro. El gol devolvía la incertidumbre a la escuadra visitante.
Final de alarido en Zacatecas
El partido se volvió un ida y vuelta frenético. Y fue al minuto 92 cuando dos momentos claves cambiaron la historia: primero, una expulsión para el atacante zacatecano por empujar al arquero rival, dejando a Mineros con 10 hombres. Luego, el cuarto árbitro anunció 7 minutos de compensación.
Tepatitlán se volcó al frente. Con garra, con fe, con alma. Cada rebote era una vida extra, cada disparo un clavo a la esperanza. Y fue en el último instante, en una jugada llena de rebotes en el área, que Luis Loroña encontró el balón suelto y lo mandó al fondo. Llegó el 1-2 contra todo pronóstico, con el que Tepatitlán se metió a la fiesta grande. La hazaña estaba realizada.
Con este resultado y la combinación favorable de otros marcadores, Tepatitlán se coló como octavo lugar de la tabla general, arrebatando en el último instante el último boleto a la Liguilla.
Lo que parecía imposible, se convirtió en realidad. Y por si fuera poco, los cuartos de final deparan un choque al estilo Jalisco, pues los alteños se medirán ante los Leones Negros de la UdeG. Aún restan por confirmar fechas y horarios, pero el duelo ya promete emociones fuertes, Tepatitlán está vivo. Y va con todo.
OV