En los últimos días, el nombre dePrisca Awiti ha cobrado una relevancia mayúscula. Y no es para menos, la judoca hizo historia en los Juegos Olímpicos de París 2024 al conquistar la primera medalla en el judo mexicano; una presea de plata que junto a su nombre quedarán marcadas para siempre en el deporte nacional.
A una semana de distancia, Prisca vive un día a día muy diferente al acostumbrado, ya que la medalla le ha cambiado la vida y poco a poco está dimensionando la hazaña que consiguió en París; incluso, tiene claro que esta presea olímpica no solo cambiará su vida, también la de muchos otros.
“Yo sabía que todo lo que estábamos viviendo era algo nuevo; enfrentarme con cosas nuevas para mí, porque tal vez para otros países que tienen medallistas olímpicos y mundiales no son cosas nuevas y saben enfrentarlas, pero era un camino nuevo para todos. Esta medalla va a cambiar la vida de muchos, no solo la mía; ya (ahora) somos un deporte que produce medallistas olímpicas. Esa mentalidad tiene que cambiar en todos. No solo mi vida va a cambiar, va a cambiar la vida de muchos”.
En entrevista con MILENIO-La Afición, Prisca asume el momento de fama que está viviendo, sin dejar de reconocer que todo es el producto del esfuerzo y una vida dedicada al deporte.
“Es bonito y es algo a lo que me tengo que ir acostumbrando; en todos lados, ya la gente me conoce, se quieren tomar fotos conmigo y eso es una vida nueva a la que me tengo que acostumbrar, pero está bonito”, respondió la judoca mexicana entre risas.
¿Eres consciente de que ya eres un ejemplo e inspiración para muchos?, se le cuestiona, a lo que Prisca medita y responde: "Sí , lo sé, pero viene con mucha responsabilidad (la medalla), creo que es algo muy bonito para el deporte del judo, porque es un deporte que no muchos conocían antes de mi resultado. Mucha gente va a ir conociendo el judo; van a querer meter (a practicar) a sus niños. Eso es algo muy importante e increíble que se conozca más el judo", afirma la mexicana que bien pudo haber representado a Gran Bretaña al haber nacido en Londres, o Kenia, de donde es originario su padre.
Aunque ella siempre lo tuvo claro: “Fue una decisión muy fácil para mí, siempre he llevado a México muy cerca de mi corazón. Me abrieron las puertas, los brazos y fue un lugar que me hizo sentir que estaba en casa. Sentí que aquí iba a lograr cosas grandes”.
Pero... ¿Y ahora qué viene para Prisca después de la plata olímpica? La judoca no se lo piensa demasiado, luce como alguien que tiene las metas muy claras, aunque por ahora también toca un merecido descanso.
“Tengo mi mente en otro ciclo, pero me tengo que sentar con mis entrenadores y ver poco a poco cuál es la meta al regresar porque fue un ciclo muy pesado; no vas a ser regresar de una y ya pensar en Juegos Olímpicos, es un regreso poco a poco y viendo metas para comenzar de nuevo otro ciclo olímpico; hay que ir por metas pequeñas para regresar a ese nivel donde estábamos”.
Medalla con dedicatoria
Como toda deportista de alto rendimiento, antes de llegar a ese nivel hay mucho trabajo detrás; incluso, mucha inspiración en otros deportistas o personajes que simplemente le provocan inspiración.
“Soy muy afortunada, tengo mucha gente que me inspira, pero mi hermano es alguien que desde niña me ha inspirado mucho, ya que hace el mismo deporte, logró cosas importantes, que yo también quería lograr y luego fue un apoyo muy grande para mí en este camino. Mi equipo de entrenamiento siempre me inspira; a veces es lo que yo necesito porque con su actitud, siendo positivos y con su trabajo, es algo que me inspira”.
La medalla de plata, desde luego, tiene una dedicatoria especial; Prisca no repara en sonrisas de satisfacción sincera, como las miles que ella nos provocó con cada victoria.
“Sí, principalmente a mi familia, a mis papás; fueron la razón por la que empecé en este deporte. Ellos son los que ven desde el inicio y hasta la medalla todo lo bueno y lo malo, pero también a mi equipo, porque sin ellos esto no hubiera sido posible”.
Ya es jueves 8 de agosto, pero para los mexicanos aún no acaba el martes 30 de julio, día en que Prisca Awiti puso en el mapa al judo mexicano, conquistando una plata tan inesperada como deseada.
AVV