A pocos días de que se terminara la Liga MX , en la que terminó campeón el América tras vencer al Monterrey, una de las grandes problemáticas en los estadios fue la reventa de boletos afuera de los estadios.
En México, la venta de boletos suele aumentar cuando se disputa la liguilla; partidos definitorios que se juegan a ida y vuelta para llegar a la ansiada final. Sin embargo, la reventa es un tema complicado, pues las autoridades capitalinas no han podido erradicar estas prácticas por completo.
Casos de reventa en los estadios
Hace un par de semanas se disputó un encuentro de futbol en el estadio Olímpico Universitario de Ciudad Universitaria. Previo a comenzar el partido, policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México detuvieron a 11 personas que vendían boletos en las inmediaciones.
La SSC implementó un operativo de seguridad, gracias a eso se pudieron identificar a 11 presuntos revendedores de boletos —entre ellos cinco menores de edad—, de los cuales cuatro cuentan con antecedentes por la misma falta cívica.
Los detenidos de 52, 40, 38, 18, 24 y 20 años de edad, además de los cinco menores fueron presentados ante un juez cívico, quien determinará la sanción correspondiente.
Pese a que la reventa de boletos de futbol está penada por la ley, cada fin de semana que se va a jugar un partido, hay muchas personas en los alrededores ofreciendo entradas.
¿El legal la reventa de boletos?
La Ley de Cultura Cívica de la Ciudad de México establece, en su título tercero, artículo 28, apartado XI, que es una infracción ofrecer o propiciar la venta de boletos de espectáculos públicos, con precios superiores a los autorizados.
Dicha ley establece que la multa por incurrir en la reventa de boletos puede ser de hasta 30 veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA), que son dos mil 925 pesos, actualmente. Además, las autoridades pueden imponer de entre 25 y 36 horas de arresto.
No obstante indica que la infracción debe ocurrir en la vía pública, por lo que aún no se legisla la reventa en redes sociales.
La reventa no se limita a las calles. En redes sociales, páginas web o grupos de mensajería se han convertido en un mercado alterno para la venta de boletos a precios mucho mayores, que por supuesto tampoco están regulados por las autoridades.
RDR