A la Selección Mexicana de Gerardo Martino se le ha extraviado la portería, de lo contrario ya tendría sellado su boleto al Mundial de Qatar y no esperaría hasta la última jornada de la eliminatoria para concretarlo.
Sí, los números son muy contundentes: este equipo apenas ha podido marcar 15 goles en los 13 juegos que ha disputado, lo que promedia poco más de un tanto (1.1) por partido. Una cantidad muy alejada de las 23 anotaciones que ha hecho Canadá o de las 21 de Estados Unidos en esta fase final; incluso, el canadiense Cyle Larin, líder de goleo de esta eliminatoria, ha marcado 13 dianas en 15 partidos disputados con su selección, solo dos menos que el cuadro nacional.
La crisis del gol
En los últimos cuatro partidos (360 minutos), el Tricolor apenas lleva dos goles marcados: uno de penal, obra de Raúl Jiménez ante Panamá; y otro, el que marcó Edson Álvarez el domingo frente a Honduras, que le ha garantizado al menos la repesca mundialista al conjunto nacional.
Lo que sí queda claro es que la productividad de México decayó conforme avanzó la eliminatoria. En la primera mitad del octagonal, en sus primeros siete duelos, el equipo de Martino hizo 10 goles, quedando en blanco solo en la derrota frente a Estados Unidos (2-0). Para los siguientes seis partidos, el conjunto nacional apenas ha logrado hacer 5 anotaciones, la mitad del ritmo que traía.
El segundo peor registro
El número de goles del equipo de Gerardo Martino es el segundo más bajo en eliminatoria mundialista desde 1994. Sí, solo la catastrófica clasificación rumbo a Brasil 2014 supera la productividad que hoy tiene el conjunto mexicano. En aquella ocasión se marcaron siete goles en 10 partidos, mientras que ahora lleva 15 en 13 juegos.
Para el Mundial de Estados Unidos 1994, la Selección Mexicana jugó la ronda final en un grupo de cuatro contendientes, con seis partidos disputados. En aquella ocasión, el equipo de Miguel Mejía Barón hizo 17 goles, un promedio de 2.8 goles por juego.
Cuatro años después, para Francia 98, ya con el formato del Hexagonal y 10 juegos para lograr la clasificación, el cuadro que dirigía Bora Milutinovic calificó sin sobresaltos, con 23 goles marcados para un promedio del 2.3. En Japón-Corea 2002, las cosas se complicaron y mucho fue por los 16 tantos (1.6 de promedio) que apenas se hicieron.
Para Alemania 2006 el registro subió a 22 goles en 10 juegos (2.2 de promedio por juego), pero en Sudáfrica 2010 volvió a bajar a 18 (1.8 de promedio). Lo peor llegó para la Copa del Mundo de Brasil 2014, cuando México apenas pudo hacer 7 goles en 10 juegos, menos de un tanto por partido (0.7 de promedio), esto provocó que se fuera al repechaje mundialista, donde goleó a Nueva Zelanda para evitar el fracaso.
Finalmente, para Rusia 2018 se marcaron solo 16 tantos en 10 partidos, suficientes para pasar sin sobresaltos al Mundial.
El tridente apagado
Por muchos años la figura de Javier Hernández -goleador histórico de la Selección con 52 goles- acaparó la titularidad; sin embargo, la indisciplina que cometió apenas en el primer año de Gerardo Martino le cerró las puertas de manera definitiva. Este hecho abrió la posibilidad de que Raúl Jiménez se afianzara por fin como el centro delantero titular, acompañado de Hirving Lozano y Jesús Manuel Corona, un tridente que ilusionaba, pero que hoy ha quedado a deber.
La lesión en la cabeza que sufrió a finales de 2020 ha afectado a Raúl Jiménez, cuyo rendimiento en este Octagonal se resume a solo dos goles y ambos de penal; Hirving, quien también ha sufrido lesiones en esta eliminatoria, y Tecatito Corona apenas han aportado un gol cada uno.
Otros delanteros como Henry Martin y Alexis Vega llevan dos goles cada uno, mientras que hay siete elementos más del Tricolor que han hecho un gol en esta eliminatoria mundialista. Es lógico que ningún mexicano se encuentra entre los goleadores del área de Concacaf.
Con un partido por disputarse, la Selección tiene un pie y medio en Qatar; sin embargo, la falta de gol y de un estilo convincente preocupa y mucho.
FCM