Laura Galván se ha convertido en un ejemplo de superación, a sus 29 años llevó en alto el nombre de Guanajuato y de México hasta la máxima justa deportiva en Tokio 2021 donde estableció nuevo récord en el atletismo mexicano al finalizar la carrera de 5 mil metros planos en 15:00.16 minutos. A pocas semanas de tal hazaña, sus ojos aún se iluminan y su piel se eriza cuando narra la experiencia de llegar a la tribuna con la que todo atleta sueña llegar.
”El asistir a unos juegos olímpicos es algo único, estar ahí no solamente compitiendo con el simple hecho de entrar al estadio y vivir la sensación, era un sentimiento tremendo y difícil de explicar; La piel se ponía chinita y sentías muchas vibras, buenas vibras, es como llegar a lo más alto de una montaña, ver el paisaje y no poder creer que llegaste hasta ahí”
Originaria de la comunidad de la Sauceda en Guanajuato Capital, a los 10 años mostró aptitudes para el deporte, fue su hasta hoy entrenador Cecilio Blancarte, quien inició su preparación con los recursos que tenían al alcance. Su complexión delgada, pero atlética, su velocidad y constantes logros en la disciplina la llevaron a ser conocida como “La Gacela de la Sauceda”.
Al no encontrar las condiciones necesarias en México y con el espíritu de superación, consiguió una beca para estudiar en la universidad de Kansas en los Estados Unidos, donde pasó cinco años entrenando de la mano de grandes atletas. Se matriculó como Ingeniera en Alimentos y ejerció durante 3 años como gerente de calidad. Pero el tiempo no perdona y Laura debía tomar una decisión; Continuar con futuro asegurado en una importante empresa o dejar todo atrás para regresar a México y cumplir su sueño de convertirse en una atleta profesional.
”A mi tercer año de trabajo, me encuentro con la realidad de que era muy rutinario, tenía un puesto de gerente y estaba todo el día en la computadora por hasta 8 horas. Me di cuenta que eso era todo lo que iba a aprender en ese trabajo y me asusto verme por los siguientes diez años en esa posición, me puso a meditar que era lo que realmente quería y el deporte que había dejado”.
Fue así que decidió arriesgarlo todo y volver a la tierra que la vio nacer, esta vez 100% enfocada en el deporte, retomó su entrenamiento y en dos años logró alcanzar el nivel de los máximos competidores, ganó oro Panamericano en 2019 y obtuvo su pase a los Juegos Olímpicos de Tokio 2021.
”Fue muy satisfactorio el ver que por vencer el miedo a hacer algo que tenía en ese instante, logre muchísimas cosas que no me imagine, eran sueños que no pensé que iba a cumplir. Creo que a veces tenemos miedo de hacer cosas, porque no suena real, ahí es donde debemos atacar al miedo, porque no tenemos nada que perder”.
La vida de un deportista de alto rendimiento no es fácil: Entrena un promedio de 8 horas al día distribuidas entre gimnasio, correr en pista y hasta en los cerros que enmarcan a la ciudad patrimonio de la humanidad, lleva una alimentación estricta, una labor de tiempo completo.
Ahora, la atleta vuelve a poner en alto el nombre de México al participar este fin de semana en “The Prefontaine Classic” una liga diamante de talla mundial con los mejores atletas, su mejor consejo es soñar en grande, no dejar que el miedo nos paralice y salir cada día a dar lo mejor para convertir ese sueño en una realidad.