Guillermo Almada, de trabajar como gasolinero a buscar el título de Liga MX con Pachuca

El entrenador de Pachuca tuvo que picar piedra en su juventud antes de empezar su periplo como futbolista. Este jueves vuelve a la lucha por el título de Liga

Guillermo Almada dirigirá su tercera final en la Liga Mx (Imago7)
Higinio Robles
Ciudad de México /

El futbol está lleno de diversas historias, porque muchos de los personajes que hoy son idolatrados tuvieron inicios en los que su camino aparecieron las adversidades. Las historias de superación de los personajes abundan, sobre todo las de jugadores sudamericanos, muchos de los cuales provienen de países en los que las condiciones no son tan favorables.

La persistencia es una condición vinculada al deportista o entrenador, porque un día salen bien las cosas y al otro se puede tropezar, éxito y fracaso son el pan de cada día.

Guillermo Almada, entrenador de Pachuca, bien lo sabe, el estratega charrúa encara su tercera final, es uno de los hombres que ha llegado a México a hacer una buena labor, su estilo gusta al punto de que su nombre toma fuerza como uno de los posibles candidatos para ocupar el cargo de Gerardo Martino en la Selección Mexicana tras el Mundial de Qatar.

Y es que antes de debutar como futbolista en 1985 con el Defensor de Uruguay, se empleaba como despachador de gasolina y limpia carros, en jornadas que alcanzaban hasta las 15 horas de trabajo, en una estación que era propiedad de Francisco Salomón, una persona que fue vital en la carrera de Almada, pues fue también quien le dio la posibilidad de sentarse en un banquillo en el club Atlético Progreso.

“Tenía carencias de todo tipo. Era un botija muy humilde, con carencia de toda la familia. Era de un barrio lejano, en la orilla de Montevideo e hicimos una amistad que llegué a ir a la cada fiesta, a los cumpleaños de él y vi las carencias que tenía de vivir Guillermo y le dije si quería jugar y trabajar con nosotros en la estación, que era otra entrada que podía tener la familia para salir adelante”, señaló Salomón en una entrevista con ESPN.

El mismo Quico Salomón contó que “Guillermo era pitero, o sea que despachaba combustible, ayudaba en los lavados, ayudaba en todo, en general. Acá los piteros hacen de todo, despachan el combustible, secan los autos que lavan, entran a la fosa, atención general en una estación de servicio”.

Y recordó cómo le abrió paso en su carrera como futbolista, ofreciéndole su ayuda para que dejara la estación de gasolina y le dijo: “no te iba a dar para todo, estás haciendo un doble esfuerzo, madrugas, vienes acá, estás todo el día parado, caminando y luego vas a entrenar”.

Sus caminos se separaron y después se volvieron a juntar, pero aquellas lecciones de vida que aprendió Almada de joven son las que han marcado su perseverancia, la condición que hoy lo tiene en su tercera final de Liga Mx y en busca de su primer título.



AGB


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