A fuerza de ser honestos, el juego de vuelta de la Final del Apertura 2022 tiene toda la pinta de ser un duelo de mero trámite y no es cuestión de faltar el respeto al Toluca, que puede tener una jornada cargada de inspiración, pero luce imposible, porque consumaría la gesta jamás contada en la historia del futbol mexicano.
Sí, los Tuzos tienen mano y media sobre el trofeo de campeón, ya pueden poner a enfriar la champagne, porque si pierden el título consumarían el ridículo más grande jamás visto en nuestro balompié; tendrían que ser un bodrio de equipo, pero si algo ha caracterizado a los hidalguenses, ha sido la estructura que Guillermo Almada les ha dado.
Es comprensible que desde Toluca se mande un mensaje con un aire de optimismo, su orgullo les obliga a competir, aunque ellos mismos, en su interior, saben que más allá del esfuerzo que emprenderán el domingo, la serie está liquidada. Paradojas del futbol. Los Diablos hoy necesitan una gran fe.
Pachuca incendió el infierno. Y los Tuzos, también, saben que solo una tragedia les podría quitar la gloria que Atlas les negó el semestre pasado, cuando no les bastó con un gran derroche físico. La diferencia es que hace unos meses ellos fueron los castigados en el juego de ida, pero en el Nemesio Diez, los hidalguenses fueron martillo y no yunque.
Algunos esbozos
La historia de los campeones en el futbol mexicano se ha escrito una y otra vez, es cierto que ha habido algunos arrebatos de remontada, pero ninguna de la magnitud que necesita Toluca.
Una de las que más se recuerda fue la del América en el Torneo Prode 1985, cuando los de Coapa perdieron el juego de ida por 4-1 con el Tampico Madero y en la vuelta ganaron 4-0 en la cancha del estadio Azteca, esos cuatro goles valieron un título. A los Diablos, cuatro goles solo les servirían para mandar el juego a tiempo extra.
En los años más recientes, Querétaro se quedó a dos goles de lograr un regreso épico. En la final del ida del Clausura 2015, los Gallos perdieron la ida por 5-0 con Santos, en el duelo de vuelta en La Corregidora, ganaron por 3-0, mostraron orgullo, pero acabaron con las manos vacías.
Mientras, Pumas, en el Apertura 2015, también logró un regreso épico. En el juego de ida de la final contra Tigres, perdió por 3-0 en el Volcán, en el juego de vuelta en estadio Olímpico lograron un 4-1 que llevó el partido hasta los penales, pero ahí terminaron por sucumbir.
Sí, los tres marcadores que se dieron en dichas finales no fueron tan escandalosos como el que sufrió Toluca, encima, esas remontadas que se lograron, las capitalizaron los equipos jugando como locales el segundo partido, algo que los Diablos no podrán hacer, pues tendrán que ir a luchar con todo el ambiente en contra del estadio Hidalgo.
No es dudar de la capacidad de Toluca, pero esa credibilidad que podrían reclamar los Diablos es la misma fiabilidad que se le debe dar a los Tuzos, un equipo que tragó saliva el semestre pasado en la final contra Atlas, pero se aferró a volver a pelear por el título. Ahí están los números, fríos y contundentes que indican que el jueves Toluca capituló en el infierno y Pachuca salió con mano y media sobre el trofeo de campeón.
MGC