El beisbol mexicano ha tenido diferentes eras con sus representantes en las Grandes Ligas. La de Beto Ávila, la de Fernando Valenzuela y la de Vinicio Castilla son algunos ejemplos. Actualmente, gracias al arraigo de los Dodgers en nuestro país y el talento con el que ambos se desenvuelven, podría estar comenzando la era de Julio Urías y Víctor González, actuales campeones mundiales y estelares que se dijeron listos para comenzar un año más en la Gran Carpa.
En conferencia de prensa con algunos medios mexicanos, Urías y González se mostraron humildes y, sobre todo, conscientes de que solo el trabajo los llevará a repetir el éxito conseguido en 2020.
“El año pasado, en la postemporada todo me salió bien. Creo que el beisbol es de momentos, y hay que aprovechar los buenos y prepararnos para los malos”, dijo Urías. “Este año hay que estar enfocados”.
Consciente de que, si bien ha tenido un desempeño brillante, su lugar en un equipo lleno de estrellas como los Dodgers no está asegurado, González apuntó que su primera meta es: “Mantenerme en el equipo, permanecer muchos años. Estoy dispuesto a cumplir con el rol que me indiquen. Si debo sacar un out en la séptima o uno en la novena, lo haré; haré lo que el equipo necesite”.
En reiteradas ocasiones ambos rechazaron sentir presión por el nuevo reto que enfrentan, pues tienen bien claro que lograr algo dependerá de su disciplina y trabajo.
“Tenemos que prepararnos para ir con la misma mentalidad, con el mismo objetivo del año pasado. Seguir todos unidos. Tener muy presente que habrá días buenos y malos”, dijo el nayarita González.
Al culichi Urías le interesa ganarse un sitio en la rotación (“me queda una apertura”, subrayó), pero solo se refirió a ello como un sueño al alcance: “Es difícil, pero eso no nos quita la ilusión de poder hacerlo. Vamos a trabajar duro para poderlo lograr”.
Cambian reglas en LMB
La Liga Mexicana anunció que en la temporada del 2021 tendrá tres reglas diferentes, dos para agilizar más los juegos y una para corregir un pequeño error del pasado.
Primero, los lanzadores deberán enfrentar a un mínimo de tres bateadores, incluido el bateador en turno (o cualquier sustituto), y no podrán ser relevados sino hasta que dichos bateadores sean puestos out o se embasen. Eso no tendrá que cumplirse si hay una lesión.
Segundo, solo se podrá hacer un total de seis visitas al montículo por cada nueve entradas. En extrainnings se tendrá derecho a una visita más, pero esto dependerá la longitud del encuentro.
Tercero, volverán los lanzamientos en las bases por bola intencionales, pues la medida anterior no redujo el tiempo de los juegos y en éstas la pelota está viva y puede suscitar otra jugada.