La historia de 'Bugambilia', el luchador exótico y taxista psicólogo

Edición Fin de Semana

En sus ratos libres, el gladiador maneja un taxi, da consultas nutricionales y da clases de acondicionamiento físico en una clínica de rehabilitación

Bugambilia
Ciudad de México /

Uno de los deportes más populares, tradicional y machista en México es la Lucha Libre, la cual en los últimos años registró una oleada de gladiadores de la comunidad LGBTTI+, los cuales tuvieron una buena aceptación por parte del público, pues sus movimientos provocativos, besos y el derroche de glamour sobre el ring con sus atuendos coloridos y brillantes le generaron en los fanáticos risas, asombro y hasta cariño.

Este género luchístico no es nuevo en el pancracio. Es cierto que Pimpinela Escarlata, Polvo de Estrellas, My Flowers, Cassandro y Máximo catapultaron a los exóticos (los cuales son denominados así por ser extraño o poco común) al gusto de la gente de esta época, pero allá por 1975 apareció la 'Ola Lila', donde destacan gladiadores como 'Bello Graco', 'Adorable Rubí' y Sergio 'El Hermoso', quienes eran más unos dandis que exóticos.

Hoy una de las figuras de este género es Bugambilia, un exótico diferente al resto, pues se caracteriza por un estilo más sobrio, sin maquillaje y sin vestuarios 'pomposos', pero con ese 'picante' característico del género; el gladiador platicó con La Afición de cómo llegó el personaje a su vida.

"Cuando se dio el personaje de Bugambilia fue muy chistoso. Yo solo estaba acompañando a un luchador y en esa función faltó una mujer. Me hicieron la invitación para ver si quería subir a suplir. Les dije que yo era hombre, pero me comentaron ‘tienes la finta de gay y nos dicen que eres gay’ a lo que contesté que eso era algo personal. Me convencieron y al momento de subir sentí algo diferente, una atracción, había algo compatible con el personaje. Hoy lo digo, Bugambilia se hizo para mí y yo para él. El nombre del personaje fue por la obra de teatro Aventurera, ahí había un travesti, así que a la persona que me subió se le hizo fácil ponerme así y ya van 12 años como Bugambilia", contó.


Asimismo, Juan Carlos recordó sus inicios en el pancracio, donde estuvo rodeado de grandes ídolos del pancracio.

"El día que iba a debutar no tenía equipo y Máscara Año 2000 Jr., quien luchaba en sus inicios como Último Soldado, me prestó su máscara y equipo. Luego conocí a Magia Negra, su papá hacía funciones en Ecatepec y me metían con referí, así conocí más del medio hasta que conviví con la familia Alvarado, en específico con Súper Brazo; él me dio el permiso de usar el nombre de Súper Brazo Jr., nombre con el que trabajé tres años hasta que vino Bugambilia".

Juan Carlos Reyes Silva aceptó que al principio fue complicado luchar como exótico debido a que le daba pena y negó sufrir discriminación por su personaje.

"Al principio fue complicado, tal vez vergonzoso, tímido y miedoso por hacer este tipo de trabajo por el ambiente machista y misógino que existía, pero le gustaba a la gente y empecé a perder todos esos miedos.

"Directo no (discriminado), obviamente el público te grita cosas, pero directo a mi persona no, siempre trato de ser respetuosos y pinto mi raya".

¡Taxi libre!

En sus tiempos libres, Bugambilia trabaja en su taxi, ya que una de sus pasiones es manejar y conocer la ciudad.

"Muchas veces somos psicólogos. En el taxi te encuentras de todo. Hay pasaje que se sube y son muy serios o andan de malas, otros piden que vaya más rápido porque se les hace tarde y otros te hace la plática, que se dejaron con sus parejas, que su familiar sufrió un accidente, te cuenta su vida. Me gusta mucho manejar y conocer la ciudad, como taxista tengo experiencias muy bonitas, más cuando me ubican como luchador. Tengo un proyecto en mente con mi taxi".


Ayudar al barrio

Bugambilia también se da su tiempo para ayudar en un centro de rehabilitación, donde da clases de acondicionamiento físico a personas que tienen problemas con algunos vicios, pues en su juventud, Bugambilia pasó por esta problemática.

"El divorcio de mis padres me marcó. Tenía ocho años y crecí con problemas familiares. A los 13 años salí de casa y empecé a juntarme en la esquina donde creía sentirme bien. Ahí empecé a agarrar el cigarrillo, el alcohol y una que otra droga, gracias a Dios conocí la lucha libre y me ayudó a salir de eso. Ahora trato de ayudar y que no pasen por lo que yo pasé".


  • Tonatiuh Guerra
  • gerardo.guerra@milenio.com
  • Reportero en La Afición. Egresado de la Licenciatura en Periodismo en la Escuela de Periodismo Carlos Septien García

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