Shocker, el luchador que en los últimos años ha estado en el ojo del huracán debido a las polémicas que ha enfrentado gracias a los vicios, recordó que cuando era niño a la edad de 10 años se atrevió a darle una patada en las partes nobles a la leyenda del pancracio, El Santo.
“Mi papá ya no luchaba, se había retirado, pero tenía buena relación con ellos (luchadores), entonces un día me llevó a ver las luchas, estaba Ciclón Velóz (QEPD), él fue el que me dijo que lo pateara, y yo volteé a ver a mi tío Beto. Yo entrenaba Karate me sentía karateca y me veía y me hacía fintas con el bastón ¡órale chamaco! Y me asustaba y mi padre le decía: abusado porque es karateca y que le pongo un patadón en los bajos y lo doblé”, relató mientras se reía en entrevista con Gustavo Adolfo Infante.
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En dicha entrevista, José Jair Soria Reyna reveló que en su juventud fue marino del ejército de Estados Unidos.
“Yo era sus ojos, cuando me veía luchar se le veía un brillo especial en sus ojos. Hablar de mi padre era mi vida, mi todo, mi hermano, amigo, entrenador, mi compañero de parrandas, lo que yo le pedía hacía conmigo.
Terminé la prepa y estuve en el ejército, solo fui cabo. Yo me metí al ejército porque tenía muchos problemas con mi papá, la rebeldía de la adolescencia me pegó muy duro y mi papá tenía problemas con el alcoholismo y chocamos mucho, me volví muy demandante, quería vivir como niño rico y mi papá con mucho esfuerzo me daba para vivir decentemente, entonces llegó un momento que me aloque que y dije no quiero estar contigo, me voy al ejército. Solo estuve nueve meses, deserté porque no me dieron de comer. Cuando haces entrenamiento de infantería haces caminatas de 8, 10, 25 millas, te hacen un guerrero, llegamos y no nos dieron de comer no porque no quisieran, si no por que no era el momento. Fue en San Diego, me fui a los 13 años y hasta los 19 me quedé allá, unos años estuve sin papeles”.
El 1000% Guapo señaló que debido a la vida artística de su mamá las fiestas y el alcohol eran muy continuas.
“Ya no hay, yo soy de los últimos luchadores que se drogaban en exceso.
Dos o tres días, me llevaron a una avioneta a luchar de Piedras Negras a Tampico, ya iba con la resaca y Antonio Peña solo decía: '¡Ay Shocker! Mi rey de reyes', yo tenía mucho carisma y abusaba de eso. Yo llegaba tomado, tengo un defecto o una virtud, no me gusta tomar, estar borracho, entonces cuando conocí la cocaína dije: '¡Esto es lo mío!' Un vecino en Estados Unidos me dio mi primer perico, pero yo ya sabía y había visto por el trabajo de mi mamá, íbamos a cantarle a Caro Quintero y Don Neto, convivimos con Paco Stanley. Con Caro Quintero cuando estuvo detenido, yo no lo conozco, pero oía lo que decía mi papá, a Caro Quintero le hacían un gran show en el reclusorio norte, Carmen Salinas, Jorge Falcón, etc. Con Paco Stanley mi mamá llegó a cantar a su programa y mi papá tenía un compadre, amigo de Paco y llegaron ir a mi casa, a esa edad no sabía que era, me imagino que sí había, hacían parrandas chulas, artistas, vedettes, mariachis, jarochos y mi papá dejó de tomar hasta que yo tomado lo intenté golpear”.
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