A pesar de su muy corta estatura –mide apenas un metro–, Microman se ha vuelto uno de los luchadores más queridos del pancracio mexicano, y es que la “micro-estrella” ha mostrado grandes dotes luchísticos y un enorme carisma, los cuales lo han hecho figurar en el Consejo Mundial de Lucha Libre, Triple AAA y ahora en Robles Promotions, empresas donde ha formado parte de grandes eventos y magnos carteles.
El gladiador reconoció que durante estos cinco años de trayectoria el camino no ha sido fácil, pero gracias a su tenacidad, entrega y profesionalismo ha destacado en un ámbito en el que luchadores de corta estatura son duramente criticados.
“Yo empecé a agarrarle cariño a este deporte cuando iba a las arenas; vi cómo la gente quería y aplaudía a los luchadores, así que me fue gustando y me fui empapando, desde que me acuerdo tuve esa espinita de entrenar y ver de lo que era capaz de hacer, así que me metí a entrenar y fue duro, creo que ha sido lo más difícil de mi vida y algo que nunca se me va a olvidar. Estoy aquí gracias a que nunca desistí, trabajé para ser alguien y luché por mis sueños. Hoy estoy trabajando en varias cosas, un proyecto que tenemos es traer una micro estrella de Estados Unidos, quiero ir a más países como Costa Rica, Puerto Rico o Japón, también quisiera un campeonato de parejas, pero poco a poco voy a ir buscándolo y le echaré ganas para lograrlo”, dijo en entrevista con MILENIO-La Afición.
Microman aseguró que en ningún momento de su carrera ha recibido el rechazo o ha sido víctima de bullying por su corta estatura, pero confesó que algunos promotores no le brindan el mismo respeto que a los luchadores de talla normal.
“La mentalidad de algunos promotores es muy tonta, porque dicen: ‘los contrato, los llevo y rento una sola habitación de hotel para todos y nos dicen, acomódense todos en una cama porque son chaparritos, ahí caben bien’, no me agradan ese tipo de tratos, pero fuera de eso no he sufrido discriminación o bullying, al contrario, mis compañeros me apoyan bastante”.
Sus rivalidades
En el Aniversario 86 del Consejo Mundial de Lucha Libre, Microman sostuvo una lucha mano a mano, máscara contra máscara ante Chamuel, a quien derrotó llevándose la identidad del gladiador a sus vitrinas.
Ante esta situación, Micro señaló que no se quiere quedar estancado y buscará nuevos retos y exponer su máscara, ya sea en contra de su ídolo Mascarita Dorada o a su lado.
“No me puedo quedar estancado en esa máscara, busco más retos, lo he dicho en varias ocasiones, me gustaría enfrentar o hacer pareja con Mascarita Dorada, tengo gran admiración por él y su trabajo, compartir esquina o un enfrentamiento, es algo que me gustaría demasiado y me causa mucha ilusión”.
Su relación con KeMonito
Microman es hijo de KeMonito, la mascota oficial del Consejo Mundial de Lucha Libre, pero a pesar de ser el vástago de este personaje, él desea escribir su nombre en letras doradas en el pancracio sin que se le relacione con la fama de su padre.
“He tratado de hacer mi propia historia, mi propia carrera sin ser conocido como el hijo de KeMonito y por eso busqué mi personaje, el diseño de mis máscaras, el nombre y el equipo no tiene nada que ver con el personaje de mi papá. Quiero ser conocido por lo que he logrado y por lo que quiero hacer como luchador y no por el hijo de KeMonito”.
KeMonito también fue conocido como el fiel escudero de Tinieblas: Alushe, una mascota que le robó el corazón a todo México. A pesar de ser uno de los personajes más idolatrados en historietas y películas, Microman indicó que desde muy temprana edad supo quién era su padre y dejaba el personaje en el cuadrilátero para ser un papá normal.
“Desde que me acuerdo supe que era luchador, era Alushe, estoy convencido de que el amor nace de la vista y a mí me encantaba acompañarlo, el olor de la Arena México me apasionaba y por eso estoy aquí. Fue un padre normal, supo separar su familia y su vida luchística. Cuando lo veía en la tele con Capulina me daba gusto, me llena de felicidad ser su hijo”.
MGC