Alejandro Landa Meraz es uno de los mejores atletas en el deporte que practica: Raquetbol. Originario de Chihuahua, Alex Landa llegó a ser número 1 del mundo, de acuerdo con el ranking del Tour Internacional de Raquetbol (IRT, por sus siglas en inglés) por cinco meses en 2019, el mismo año cuando fue campeón nacional en México.
Sin embargo, llegó un punto de quiebre rumbo a los Juegos Panamericanos de Lima 2019, pese a que él consiguió la plaza para dicha competencia. Fue ahí que tomó una decisión difícil, pero que considera necesaria para su carrera: representar a Estados Unidos, el país en el que vive desde que tenía 15 años y con quien es campeón nacional, y ahora tiene la mirada puesta en el Mundial de la especialidad, que se disputará entre el 28 de noviembre y el 6 de diciembre en la Ciudad de Guatemala.
¿Fue difícil tomar la decisión de representar a Estados Unidos?
Nunca es fácil tomar este tipo de decisiones, pero las circunstancias no fueron las idóneas. Al ser campeón nacional en 2019, yo tenía ese derecho de competir en los Juegos Panamericanos, pero la Federación Mexicana de Raquetbol decidió no convocarme pese a que gane la plaza. Eso fue duro, porque uno como atleta siempre compite y no entiende estas decisiones. Hoy estoy muy feliz pensando en el Mundial de Guatemala y todo lo que se viene.
Hemos visto casos de atletas mexicanos que utilizan su doble nacionalidad por situaciones muy parecidas, ¿es necesario que la gente sepa sus motivos y tengan empatía en tan difíciles decisiones?
Por supuesto. No es fácil cuando los deportistas tomamos estas decisiones y creemos que la gente debe ver eso, porque queremos a nuestro país, pero este tipo de circunstancias nos obligan a ver por lo mejor para nuestras carreras. Yo me siento muy mexicano y estoy orgulloso de ello, pero sí tuve que tomar esta decisión para mantenerme en las competencias. Será mi primer Mundial con Estados Unidos y espero siempre hacerlo bien, como ha sido en toda mi carrera.
El alcanzar el número 1 del mundo es un hecho increíble, y mantenerse como número 2 y al acecho de la cima es digno de admirar para cualquier atleta…
La verdad es que ha sido un largo recorrido ya en el raquetbol. Siempre me planteé pelear por ser el mejor desde que supe que tenía las posibilidades de llegar lejos y de luchar por las metas que me propuse desde niño, como joven, y son retos que hasta el día de hoy sigo teniendo, como tratar de recuperar ese número 1, seguir acumulando títulos a nivel mundial, a nivel profesional y pues obviamente, representando también a Estados Unidos.
¿Cómo fue que te acercaste al raquetbol?
Desde niño he sido muy cercano al deporte, la verdad es que practicaba de todo: futbol, tenis, atletismo… fue como a mis 12 años que conocí el raquetbol y fue un deporte que conforme fui conociendo más me gustó todavía más. Le metí mucho empeño y me esforcé mucho, hoy veo los frutos de todo ese trabajo y me siento muy feliz por ello.
¿Qué es lo qué haces cuando no juegas raquetbol?
Siempre mis tiempos libres los aprovecho para ir a Chihuahua y visitar a mi familia y amigos. Suelo dedicarle tiempo al negocio familiar, que es de empaques para maquiladoras, pero lo que más amo es ver a mi hija. Soy soltero y vivo en Estados Unidos por lo que no suelo verla, así que cada vez que vengo el país aprovecho todo el tiempo posible y se lo dedico todo a ella.
¿Qué me puedes decir sobre el presente y futuro del raquetbol en el país, tomando en cuenta que tú eres de la élite mundial y que Paola Longoria también domina por completo en la categoría femenil?
Eso es lo mejor, porque te das cuenta del enorme talento y potencial que hay aquí. Con eso uno puede ver qué hay muchas oportunidades para que esta disciplina crezca en el país. Paola es una atleta asombrosa, incluso fue nominada dentro de los Mejores Atletas de Todos los Tiempos; yo compito y busco volver a ser el mejor del ranking… lo que hace falta es que se le dé más difusión, para que más personas se acerquen y tengamos más exponentes.