Bruno Aloi, quien venía precedido de una gran expectación, cumplió con creces al cortar dos orejas. El hispano Manuel Caballero y García dejaron muy buenas sensaciones.
El ganado Guanajuatense de Campo Hermoso fue noble en general ayunos de casta y fuerza, sin embargo se dejó meter mano. Calor en los tendidos, que estuvieron llenos de personalidades del medio taurino.
Abrió plaza Manuel Caballero, de tabaco y oro, hijo del albaceteño Manuel que gustó mucho en esta plaza. Ante el novillo Yuyin; cárdeno, con recorrido por ambos pitones, pero con fuerzas muy justas y embistiera media altura. Caballero muy templado con series lucidas, especialmente por naturales. Perdió la oreja por dos pinchazos y sartenazo infame. Inexplicable arrastre lento concedido por el juez. “Fuego vivo”, castaño. Novillo muy incierto e irregular en sus embestidas. De mal juego en términos generales, y algo rajado. Caballero lo intentó por ambos pitones sin éxito. Estocada al tercer intento.
El segundo espada, el capitalino Bruno Aloi vestido de lila y oro, se llevó el gato al agua. Ante su primer novillo, “Para Siempre,”. Negro, que manseó desde el principio , con tendencia a huir a tablas. Pegó arreones y tuvo la cabeza en todo lo alto. Aloi estuvo muy firme y con grandes detalles de clase y gran seguridad. Buena estocada tras un pinchazo. Saludó en el tercio. Ante el 5º. Bruno con “Ya mérito” un cárdeno, de buen estilo, que fue aplaudido en el arrastre. Aloi bordó el toreo esta tarde, por ambos pitones, con una lentitud pasmosa, acabando la faena con gritos de torero, torero; y el público de pie. Estocada entera y dos orejas indiscutibles; vuelta al ruedo clamorosa.
El queretano tercer espada, Andrés García El Ardillo, de blanco y plata con !Vamos ya!, negro, incierto y con algo de recorrido. Andres pegó muletazos estimables, en su mayoría por la derecha. Estocada trasera en mal sitio. Y ante el que cerró plaza; “Asturiano”. Cárdeno. Resultó tardo con algunas embestidas buenas pero falto de clase, aprovechadas por su matador. Faena con altibajos, pero con gran voluntad apreciada por el público.
Bruno Aloi, hijo y nieto de ganaderos de prosapia y multirelacionado con el medio, puede perfilarse para revalidar a la fiesta de toros en México que tanto necesita. Mucha suerte para Bruno y todo lo que está detrás para brillar en este medio tan insólito.
ZZM