Dionicio Cerón puede presumir ser el único hombre que ha ganado el Maratón de Londres tres veces consecutivas. Sí, es cierto que Eliud Kipchoge ha conquistado esta prueba cuatro veces, pero lo hizo en dos etapas; la hazaña del mexicano es, hasta la fecha, un hito en el deporte.
Aunque él está feliz de lo que consiguió, todavía no dimensiona lo logrado. “La verdad, no tengo conciencia de lo que es (la marca). Solamente lo hacía disfrutando el deporte, buscando la manera de ser el mejor en el momento y nunca pensando conscientemente de ‘voy a ser el mejor del mundo o el único del mundo que lo va a hacer en mucho tiempo’… Todo lo hacía disfrutando la carrera, ser mejor cada vez y tratando de vencer mis propias limitaciones”, reconoció Dionicio en entrevista con MILENIO-La Afición.
Y es que Cerón se acercó a este deporte porque le gustó su naturaleza, en el que uno es el único responsable de todo lo que sucede en el recorrido, además de que eres el que se responsabiliza en la preparación y el hecho de que es una disciplina que deja muchas satisfacciones. Uno es artífice de sus logros o fracasos.
“El atletismo siempre me gustó porque es un deporte donde no le echas la culpa a nadie, el que hagas bien tu profesión es por tu entrenamiento, por tu determinación, por tu forma de hacer las cosas”, explicó. “Los logros y los triunfos son del que los está haciendo. El que gana eres tú”.
Los tres triunfos
Su primera victoria se dio en 1994, con un tiempo de 2:08:53, ganándole al etíope Abebe Mekonnen (2:09:17) y a su compatriota Germán Silva (2:09:18). Aquel fue un gran año, porque también ganó el Medio Maratón de Guadalajara y terminó tercero en el Medio Maratón de Kioto, además de otros logros que le valieron el reconocimiento como el Mejor Corredor de Maratón del Mundo, por la Asociación de Maratones Internacionales y Carreras de Distancia (AIMS).
“La manera de ser el mejor pagado del mundo era por dos formas: ganar récords mundiales de forma frecuente o ganarle a los más fregones, y yo encontré más divertido ganarles a todos”, dijo entre risas.
Se motivó y pudo regresar a la siguiente edición, la de 1995. Contra todos los pronósticos, volvió a triunfar y se convirtió en el primer atleta que ganaba aquella competencia por segunda vez. Con un tiempo de 2:08:30, Dionicio superó al australiano Steve Moneghetti (2:08:33) y al portugués António Pinto (2:08:48), quien se había llevado el oro en la edición de 1992.
“Para mí era uno de los principales logros, ganar un maratón donde ningún otro había repetido. Hasta ese entonces los 13 atletas ganadores anteriores a mí habían sido diferentes”, comentó Cerón, quien ese año repitió el reconocimiento de la AIMS como el Mejor del Mundo.
“Hice una carrera táctica muy difícil (en 1995), porque faltando 6 mil 400 metros estaba 1 minuto 5 segundos detrás del primer lugar que era un portugués (Pinto). Hice cálculos para alcanzarlo a un kilómetro de terminar y efectivamente: llegando al Big Ben para tomar la avenida que lleva al Palacio de Buckingham, lo alcancé y lo superé a 800 metros del final”, rememoró.
La última edición fue la más difícil, debido a todos los factores que jugaron en contra: desde el sol y la humedad, así como una preparación no tan rigurosa como en los dos años anteriores. “Trataba de no ir a correr, pero me dije ‘voy a ver si es verdad lo que todo el mundo dice, que me tienen miedo y que yo pongo las condiciones para competir’”.
Y tenía razón: corrió al ritmo en el que se sentía mejor y todos marcaban el paso; si él aceleraba, todos hacían lo mismo. Terminó el Maratón con 2:10:00, ganándole al belga Vincent Rousseau 2:10:26 y al británico Paul Evans (2:10:40)
“Eso me llenó de mucha alegría, ver que una persona que no tenía para comer y con pocos estudios logró controlar al gran pelotón de atletas de primer mundo y le tenían miedo. También por eso es por lo que me gusta el atletismo, aquí no importa de dónde vengas, uno demuestra de que estas hecho en ese momento”, precisó.