El camino de seis años de Ortiz

El tapatío fue el encargado de romper una sequía de más de cuatro décadas sin título para un golfista del país.

Carlos Ortiz ganó el Abierto de Houston (AP)
Rodrigo Camacho
Guadalajara /

La Perla Tapatía condenó a Carlos Ortiz. Guadalajara, cuna de la legendaria Lorena Ochoa, tenía entra sus planes el nacimiento de otra figura para el golf mexicano, aquella que le pondría fin a los 42 años de sequía en victorias dentro del PGA Tour. El tapatío fue el encargado de romper una sequía de más de cuatro décadas sin título para un golfista del país.

La experiencia en el PGA Tour comenzó formalmente en el 2014, cuando superó su primera corte en la élite. Carlos es un ejemplo claro de la mejora a través de los años, aunque tuvo un par de temporadas que seguramente quisiera olvidar. Un año más tarde a su debut disputó 30 torneos y en 20 de ellos pasó el corte, incluso tuvo su primera incursión en el top 10 de una competencia.

El 2016 quizás significó un retroceso, pues participó en un evento menos y solo pasó el corte en 10 torneos. A pesar de ello, en uno de esos le alcanzó para meterse dentro de los mejores 25. Luego en el 2017 y 2018, solo tuvo una justa por temporada, sin llegar a trascender en los primeros lugares.

La explosión llegó en el 2018, pues concretó su primer podio en el Sanderson Farms Championship. Pasó el corte en la mitad de sus 28 torneos jugados, en tres de ellos terminó dentro de los mejores 10 y en otro, dentro de los mejores 25. Parecía cuestión de tiempo para que la victoria llegara.

Ya en el 2019 se había quedado muy cerca. Aunque solo disputó 22 torneos, en el Mayakoba Golf Classic se quedó a un paso de llevarse el título, pues terminó segundo. Volvió a ocupar el top 10 de tres competencias y se ubicó dentro de los mejores 25 en seis justas.

Finalmente la victoria llegó en un año atípico, perfecto para romper paradigmas. El Vivint Houston Open vivirá siempre en la memoria de Carlos Ortiz como su primer triunfo en la élite del golf. El joven tapatío que se declara fanático de Roger Federer y el Real Madrid, que alguna vez idolatró a Lorena Ochoa, ahora sigue los pasos de una de las mejores deportistas en la historia del país.

Si Carlos Ortiz pasó del anonimato al estrellato en cuestión de un par de golpes, quizás ni él sabe de lo que puede ser capaz. Seguramente las lágrimas derramadas en Houston pueden ser el augurio de una brillante carrera alrededor de los campos del mundo.


JMH

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