Novillada de cierre de Temporada. Dos orejas para Osornio, una en cada novillo sin fuste alguno. Eduardo Neyra, novillero de escuela, destacó en su primero y encimista en su segundo. El regio Luis Ángel Garza, le tocó la maldición gitana. Cayó en sus manos un novillo muy bravo, al que no le pudo. Salvó la plana al final del festejo.
Menos de media entrada en ventosa tarde. Novillos de Villar del Águila criados por Xavier Sordo Bringas en Tequisquiapan, Querétaro de regular trapío.
1º imposible por el izquierdo 2º noble por el derecho 3º bueno por ambos lados totalmente desperdiciado 4º alegre que se acabó pronto 5º Devuelto 5º bis. Se quedaba corto por ambos lados 6º obediente
Eduardo Neyra de azul pizarra y oro, se vio digno y le pudo a un toro que solo se defendió y tenía un lado izquierdo imposible. Mató de entera efectiva. Merecía saludar al tercio. Ante su segundo, con la capa, pegó una auténtica caleserina sin mover los pies. Neyra recibió a su segundo con tres largas afaroladas de rodillas en el centro del ruedo. Con la muleta se mostró enterado, pero un tanto encimista hasta que acabó por darle aire, espacio e invadir su terreno. Mató de entera trasera y tuvo petición. Saludos en los medios.
El del Estado de México, Emiliano Osornio, vestido de ostión y oro, se vio un tanto acelerado. Se confió por el lado derecho y logró pegarle algunos buenos muletazos; por la izquierda se le complicó mucho. Mató de entera tendida efectiva para cortar una oreja un tanto benévola. Ante el quinto, inició con buenos muletazos al centro del ruedo y luego el novillo empezó a quedarse corto hasta que lo prendió de la entrepierna sin quedar herido. Entera en buen sitio, suficiente para cortar otra oreja y salir a hombros un tanto forzada.
El mejor lote cayó en manos del regiomontano Luis Ángel Garza también de azul y oro; con la capa trató de lucir en un quite a alta velocidad y con la muleta nunca pudo dominar a un animal que era noble y bravo por ambos lados. Desafortunadamente nunca pudo dominarlo. Se salvó de un percance de milagro. Mató de media y varios descabellos. Ante el que cerró plaza, Luis Ángel lo recibió en los medios de rodillas, pero no se interesó más que pasarlo sin mando ni dominio. Eso sí, con valor. Con la muleta pudo dominarlo con algunos buenos derechazos. Alargó un tanto la faena y mató de entera y le dio por fallar con el descabello y perder la oreja que tenía en la bolsa. Escuchó un aviso.
Se acabó la Temporada de reapertura con buena respuesta del público, algunos triunfos de matadores y varios toros bravos que dignificaron la cabaña brava mexicana. Esperemos el próximo anuncio de festejos.
ZZM