En su etapa como clavadista, Fernando Platas participó en cuatro ediciones de Juegos Olímpicos, y la más memorable fue la de Sídney 2000, donde logró la plata en el trampolín de tres metros, un objetivo que finalmente pudo conseguir luego de dos intentos fallidos.
“Sídney fue un momento especial porque llegué con mucha madurez y con un nuevo entrenador, que fue Jorge Rueda, un profesor con mucha experiencia y las cosas se alinearon en la manera de trabajar y en las estrategias, y en todos los detalles que siempre habían sido tan importantes, pero con lo que más llegaba era con experiencia y con muchos años de trabajo y el hambre de ser parte de ese grupo de medallistas olímpicos”, declaró Platas.
En Barcelona 1992 debutó en la justa olímpica y obtuvo el sitio 17 en el trampolín, mientras que en Atlanta 1996 se ubicó en el lugar ocho en trampolín y siete en plataforma.
“Para Barcelona 1992 me llegó una lesión justo cuando sentía que dominaba toda la lista de clavados, tanto en tres y 10 metros, y así fue muy complicado. En Atlanta 1996 cometí el error de apostarle mucho al grado de dificultad y que era clave, pero no hizo la diferencia. Así que tuve estos dos momentos muy radicales y fue encontrar ese punto medio, en una estrategia que fuera objetiva, llena de números y estudiar el grado de dificultad tuyo y el de tus adversarios, las estadísticas de las competencias, entonces fue un plan muy en serio que se hizo, y eso te lo da la experiencia”, dijo el ex deportista.
El cambio de entrenador
Tras esos intentos, Platas decidió hacer un cambio de entrenador y para Sídney 2000 se propuso lograr ese podio ya con Jorge Rueda. El 26 de septiembre de ese año olímpico, Fernando conseguiría esa presea que había anhelado desde su primera participación olímpica.
“Recuerdo todo con serenidad; la preliminar fue un poco más estresante porque de más de 40 clavadistas avanzaban 18 a la semifinal, y esa etapa era un tema muy importante porque debía estar pegado a los primeros lugares para obtener el resultado que queríamos. Ya el 26 de septiembre en la tarde es el momento que disfruté y que sentí que estaba hecho para ello, además estar frente grandes atletas e iconos como Dimitri Sautin, y otros monstruos que venían con muchas medallas olímpicas y había que ganarles en la mejor competencia, entonces todo esto que rodea la final es una parte que se vuelve motivación cuando tienes una gran preparación”, indicó.
Después de seis saltos, Platas terminó con una puntuación de 708.42 puntos para ocupar el segundo sitio y a tan solo 30 centésimas abajo del chino Xion Ni, quien logró el bicampeonato. Sautin fue tercero con 703.20. Así el momento de subir al podio en una justa olímpica se le cumpliría a Platas, además logró ser parte del grupo de los mexicanos que ya tenían en su palmarés una medalla en los Juegos Olímpicos.
“Camino por el pasillo antes de ir a la ceremonia de premiación y me encuentro a Jesús Mena, Carlos Girón, Ernesto Canto y Carlos Mercenario, quienes ya tenían medalla olímpica y yo apenas lo conseguía, lo cual fue un momento muy emotivo para mí. En el podio me imaginé muchas cosas, son demasiadas emociones y todas juntas al mismo tiempo, como llorar, alegría, brincar y quedarte sentado liberándote de todo el estrés”, compartió el ex clavadista.
Además, Fernando cumplió con las expectativas que las autoridades deportivas tenían en él, luego de que lo designaron abanderado de la Delegación Mexicana.
“Sídney fue muy diferente y fue todo motivación, y cuando me hacen el honor nunca lo recibí como una presión; fue un momento padrísimo, desde la conferencia de prensa donde me anunciaron como abanderado. El Presidente de México me dijo que la bandera estaba en buenas manos y eso te hace el día, así que nunca fue algo que me estresara, sino que me motivó mucho, a comparación de lo que viví en Atenas 2004, donde fue una etapa de nostalgia y despedida”, señaló el ex deportista, quien también en la siguiente edición olímpica fue el abanderado.
En Atenas 2004, Platas ejecutó sus últimos clavados y dijo adiós a su carrera deportiva con un quinto lugar en el trampolín de tres metros.