El atleta paralímpico Jesús Hernández se adentró en la natación con la finalidad de tener una integración social, pero nunca pensó que esa decisión lo llevaría a competir en unos Juegos Paralímpicos, donde ya tiene cuatro medallas en su cosecha personal.
En Río de Janeiro 2016, Hernández debutó en una justa paralímpica y consiguió la medalla de bronce en los 50 metros espalda, esa presea lo impulsó a continuar otro ciclo olímpico. En Tokio 2020 mejoró el color y la cantidad de preseas, luego de obtener oro en los 150 metros combinados, y dos bronces, uno en los 50 metros pecho y otro en los 200 metros libres.
Dichos resultados lo motivan a seguir adelante y luchar por estar presente en la justa paralímpica de París 2024, sin embargo, el deportista es consciente que hay mucho por recorrer en este ciclo y primero deberá competir en el Mundial del siguiente año, donde el oro es el objetivo.
¿Por qué elegiste la natación?
Este deporte es una belleza por el simple hecho de depender de uno mismo en el agua. La integración, la parte de vencer tus miedos, de que te puedes ahogar o no, para mí era muchísimo, ya que debido a mi discapacidad tuve que manejar un ritmo de nado, de emociones, ya que de no ser así, esta prueba en vez de ser un arte se vuelve un desastre.
¿Cómo te cambió la vida el conseguir las tres medallas en Tokio?
Me encuentro muy contento, es una vida de mucha lucha, fe y determinación. Para mí, siempre ha sido un reto enfrentar cada una de las cosas que llevo, y esta vez en Tokio era un reto muy grande y se cumplió con estas tres medallas. La vida día con día cambia y estas preseas más que cambiar mi vida, vinieron a fortalecer la persona de Jesús en el aspecto deportivo y mental. La verdad estoy muy contento, muy feliz y realizado, el deporte es una integración a una vida extraordinaria de cada una de las personas e invito a que la gente sea deportista. Yo estaba en la escuela, estaba en casa, y eso es lo que me ha dado el deporte, la integración social, además de ser un referente para muchos jóvenes, me hace sentir orgulloso.
¿Cuál fue la clave para conseguir estas tres preseas?
Yo creo que el trabajo mental y de un equipo, de un entrenador, de un fisioterapeuta, de auxiliares, de todos ellos. Ya tengo dos ciclos olímpicos y en la edición de Río de Janeiro 2016 logré un bronce en los 50 metros dorso, y ahora Tokio fue mi segundo ciclo. Así que se mejoró lo hecho en Brasil; el deporte es relativo, porque a veces mejoras o no te alcanza para lograrlo, pero es la hermosura del deporte.
¿Sientes que en Tokio has logrado tus mejores resultados?
Siento que todos han sido mejores resultados, pero creo que Río 2016 fue la punta de lanza para estar en Tokio, y ahora la pasada edición será el impulso rumbo a París 2024. Creo que cada una de las cosas que voy logrando es un esfuerzo extraordinario y no podría decir que tal resultado es más o es menos.
¿Ahora qué sigue para ti?
Viene el Campeonato Mundial el próximo año en Portugal, después los selectivos para los Juegos ParaPanamericanos de Santiago de Chile y luego los clasificatorios para los Juegos Paralímpicos de París, y esperamos estar ahí, ahorita vamos paso a pasito, primero el Mundial.
¿Cuál es tu expectativa en el Mundial?
La expectativa es colocarme en el podio en los 150 metros combinados, ya que esa es mi prueba fuerte. Será mi tercer Mundial, el primero fue en Ciudad de México en el 2017 y el segundo en Londres 2019. En el primero logré una plata y dos bronces, un quinto lugar en el segundo, y ahora vamos a ver qué sucede en la siguiente edición.
FCM