El toreo esconde grandes anécdotas y la de José Mauricio es una de ellas, ya que cuando se aventuró a dedicarse de lleno al arte de la tauromaquia, lo que empezó como un juego se convirtió en una realidad, sin embargo, a su familia no le agradó la idea y lo corrieron de su casa.
"Cuando vieron que tomé la alternativa en esta plaza ya no les quedó de otra. Sí fue muy complicado torear, en mi caso decirle a mi familia fue un tema difícil, me corrieron de mi casa y me tuve que venir a vivir aquí (CdMx) por un sueño, y la verdad no me arrepiento. Es algo que me formó, me forjó y me dio otra expectativa de la vida", compartió en entrevista para MILENIO-La Afición.
Un comienzo difícil
Mauricio recuerda con una mirada triste la vez que decidió emprender su sueño de ser torero en un coche.
"Me llevé el vocho de mi casa y ahí dormía; la primera noche que pasé a las afueras de la plaza fue una noche durísima, había una incertidumbre de decir '¿qué haré?'. La gente que trabajaba en la Plaza México ya sabía un poco de mi historia y cerca de la una de la mañana me abrieron las puertas y me dejaron pasar. Por mi mente pasaba esa incertidumbre de qué voy a comer al día siguiente", compartió.
Pese a todo, el matador no se arrepiente de lo que hizo, pues en ese difícil camino hubo gente que también compartió con él su sueño.
"Cuando tú persigues un sueño hay gente que te arropa, solo debes tener el valor de perseguirlo. Toda la gente buena que he conocido ha sido gracias al toro", señaló.
Toreros con sentimientos
Por otra parte, José Mauricio se dio el tiempo de hablar de la gente que está en contra de la Fiesta Brava, pero defendió a sus colegas con el argumento de que ellos también son seres sensibles.
"Somos seres muy sensibles, somos personas que amamos y respetamos tanto a las personas como a los animales. Y creo que el toro es un gran guardián de la ecología y la naturaleza, por eso lo cuidamos".
Con sutiles palabras, el diestro capitalino invita a la gente a que se acerque al mundo taurino, ya que es un arte que mueve fibras sensibles.
"Para mí, una definición de arte es algo que hace mover fibras sensibles en tu alma y que te llevan a una emoción indescriptible. Y eso es el toreo, es una inspiración para las demás artes", apuntó.
Y también habló de la gente a la que no le gusta la tauromaquia, ya que respeta la diversidad de formas de pensar.
"Ellos están bien como nosotros también estamos bien. Creo que sí no hay respeto se pierde todo. Si respetamos podemos vivir en mejor armonía, le diría a los anti taurinos que respeten, está bien que no les guste la fiesta brava y que lo que están defendiendo es un ecocidio, y ellos están a favor de la naturaleza, entonces estar a favor de la tauromaquia es estar a favor de la naturaleza y la ecología", analizó.
Una profesión con riesgos
Cómo todo torero, no se ha podido salvar de las cornadas; pero a él no le asusta la palabra muerte, ya que es algo con lo que nacemos.
"La muerte es lo único que llevamos desde que nacemos en el hombro; en el toreo se vive y se muere de verdad. El vivir intensamente es un arte", dijo.
De igual manera, el matador compartió cómo son los momentos antes de salir a una corrida, cómo vive los momentos previos en el patio de cuadrillas.
"Hay ilusión, todos los sentimientos que puedas tener en tu vida, los tienes en cinco minutos en el patio de cuadrillas. Porque estás a punto de ver nacer una obra de arte, de ver la muerte en tus manos, en tus muslos, en tu pecho, de experimentar emociones que te llevan a un éxtasis de tristeza, alegría, euforia, soledad, miedo".
Claro que para torear bien, hay que conectar con el toro, al menos así lo piensa José Mauricio.
"Siempre hay una conexión con el toro. Cuando llegas a sacarle el máximo provecho de ese animal y logran entenderse, juntar esos sentimientos y esa emociones de los dos seres, se crea algo mágico", finalizó
RGS