Juan Botella obtuvo a los 19 años de edad la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Roma 1960, y se vislumbraba que podía continuar dando resultados en otras dos justas olímpicas, sin embargo, la salud del clavadista se fue deteriorando con el tiempo y finalmente falleció 10 años después, en julio de 1970.
"Tengo 19 años y creo que iré a Tokio, para intentar conseguir lo que hoy no pude lograr para mi México querido", dijo Botella tras ganar la medalla.
Después vinieron los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Kingston, Jamaica, en 1962, donde Juan conquistó la dorada en el trampolín, pero ya desde ese entonces a Botella se le veía en mal estado de salud por las constantes presiones con su carrera universitaria y deportiva.
"Desde esos años Juan padecía de los nervios. Había tenido que enfrentar un gran número de presiones: primero, su carrera, muy difícil; después, los clavados, en los que tenía que sobresalir para seguir contando con la beca en Ohio State y también las constantes peticiones de que se convirtiera en ciudadano estadunidense hicieron mella en él. Casi no dormía, estudiaba todo el día y al mismo tiempo trabajaba y planeaba sus competencias. Eso fue demasiado para él y le entró como un agotamiento nervioso y entraba en profundos estados de depresión", indicó su madre Ofelia Botella.
Juan Botella decidió continuar con sus estudios y no participar en el selectivo para los Juegos Olímpicos de Tokio 1964. Al terminar regresó a México y fue tratado medicamente, por lo que regresó a los clavados en 1965.
En ese año participó en el Campeonato Nacional realizado en las instalaciones del Instituto Politécnico Nacional y ganó de manera contundente, sin embargo, sería para Juan su última competencia.
En Estados Unidos curso la carrera de arquitectura y solo le faltaba realizar la tesis para titularse, sin embargo, la UNAM no quiso revalidarle sus estudios, y tuvo que empezar desde cero, lo que cambió por completo los planes del clavadista ya que su prioridad eran los estudios, y así descartó buscar un lugar en los Juegos Olímpicos de México 1968.
"Después de aquella competencia en 1965 y de lo sucedido en la UNAM, cambiaron los objetivos de Juan. Ya acudía esporádicamente a ejecutar unos saltos; lo primordial para él era terminar su carrera y acabar, también, el libro. Decía que era como dejar un legado a las nuevas generaciones", indicó su amigo Jorge Telch.
Así en 1969 terminó nuevamente sus estudios, pero la muerte lo sorprendió cuando elaboraba su tesis, y debido a los problemas de hipertensión que sufría. Tenía apenas 29 años de edad.
MGC