En la novillada de aniversario, triunfan jaliscienses

Julián Garibay y Jairo López triunfan en la Nuevo Progreso.

Novillada en la plaza Nuevo Progreso en Guadalajara (Twitter @NvoProgresogdl)
Alfredo Cruz Ornelas
Guadalajara /

Ayer en la plaza Nuevo Progreso ocurrió un suceso que contadas ocasiones se ve. Jairo López, pinchó al sexto y último novillo de la tarde y en la plaza campeó un silencio absorbente de los cerca de tres mil aficionados que continuaban atornillados a sus asientos. Esperaban que Jairo acertara en su segundo viaje para explotar como lo acababan de hacer cinco minutos atrás. Sin embargo, volvió a pinchar y el júbilo en el tendido comenzó a desvanecer.

La contundente faena de López quedó sin coronarse, aun así el reconocimiento del público, fue total cuando dio la vuelta al ruedo.


A Don José, el cierraplaza de la ganadería de San Felipe Torres Mochas, Jairo lo esperó de hinojos a Porta Gayola, para darle una larga cambiada; en el segundo tercio, invitó a sus alternantes a poner banderillas y fueron ovacionados; y en el tercio final realizó una faena valiente y con hondura, fueron varias series templadas por la derecha y dos de naturales con la mano baja que pusieron a la plaza de pie. Y cuando se esperaba que se tirara a matar, se arrodilló para ligar pases por alto que terminaron por unificar criterios. Después, falló con la toledana.

Con su primero de la misma ganadería, cortó una oreja tras fincarle una faena por el lado derecho, cabe resaltar que le correspondió el mejor lote de la tarde.

Julián Garibay, con Alteño, de la dehesa de Chinampas, realizó una faena que fue de menos a más, falló con los aceros hasta escuchar un aviso y todo quedó en ovación, y aplausos al novillo durante el arrastre.


Con el que complementó su lote logró mayor acoplamiento al lidiarlo por ambos lados, el novillo tenía calidad y le permitió a Garibay lucir en trazos largos y templados. Mató al primer viaje y fue premiado con una oreja.

Jalisciense, el primero de Rubén Nuñez, resultó un fuerte sinodal para el novillero, era un novillo complicado que se volvía en un palmo de terreno y punteaba de continuo, el oficio de Rubén lo sacó a flote, no sin antes recibir un achuchón.

Con el quinto, hilvanó una faena con clase, que malogró con las espadas.

El próximo domingo se dará la corrida de triunfadores con la que llega a su fin el serial de aniversario.

SRN



LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.