Damaris Aguirre cumplió tres objetivos en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008: hizo sus seis levantamientos, mejoró sus marcas personales y le ganó a la colombiana Ubaldina Valoyes. Sin embargo, se quedó con esa sensación de que pudo haber hecho algo más para subirse al podio. Y sí, Damaris estaba conforme con ese papel a secas, pero lo nunca imaginó fue que nueve años después le llegaría esa tan anhelada medalla.
“Mejoré mi marca personal, le gané a Ubaldina, así que terminé la competencia satisfecha, pero en ese momento me quedé con la espinita de buscar una medalla, y fue hasta el 2017 que esa presea finalmente llegó”.
La chihuahuense en ese momento se quedó con el sexto lugar dentro la categoría de menos de 75 kilos, y aún recuerda los momentos complicados que tuvo previos a la competencia y que ahora ya son parte de sus anécdotas, como el hecho de batallar el mismo día de su prueba para dar el peso.
“Un día antes de la competencia pesaba 75.8 kilos; cené pescado y verduras frescas, así que pensé que con eso ya amanecería en mi peso, pero mi sorpresa fue que amanecí pesando lo mismo. El entrenador me preguntó cuánto pesaba, al decirle me empezó a regañar, después me mandó a correr con chamarra y en el sol, solo bajé 200 gramos; luego me mandó al sauna y lo puso al máximo, así fue que ya pude bajar a los 75 kilos porque; si no lo hacía, me podían descalificar, entonces ya después me preparé para la competencia donde cumplí con mis objetivos”, cuenta Aguirre.
Ese sexto sitio para Damaris significó el haber mejorado el resultado de Atenas 2004, los cuales fueron sus primeros Juegos Olímpicos. “Mi carrera en la halterofilia comenzó en el 2001 y en el 2004 fui a Atenas, y fue como lograr el sueño de toda una vida, ya que desde que yo tengo uso de razón soñaba con estar en unos Olímpicos y cada vez que estaba la inauguración me ponía al frente del televisor y le decía a mi mamá que quería estar ahí”.
Después de Pekín 2008, Damaris intentó participar en Londres 2012, pero una lesión en el codo izquierdo y los obstáculos de la misma federación mexicana de la especialidad, le pararon esa meta.
La llamada del bronce
Tras retirarse, la ex deportista tuvo un cargo público en el Municipio de Chihuahua, y cuatro años después (2016) recibió una llamada de un entrenador para indicarle que tres deportistas que habían quedado arriba de ella dieron positivo por dopaje. El oro fue para Cao Lei (China), seguida de Alla Vazhenina (Kazajistán) y Nadezhda Yevstyukhina (Rusia). El primer y tercer lugar fueron descalificadas, así como el cuarto sitio que fue para la bielorrusa Irina Kulesha.
“En el 2016 se dio la noticia del dopaje de las halteristas, y un entrenador que me apoyó en el 2010, se llama Manolo, me mandó un mensaje de ‘Felicidades Campeona, eres medallista olímpica’, y después me mandó el link de la Federación Internacional de Halterofilia, y ya en el 2017 se resolvió el caso de la china, quien ganó el primer lugar, y luego se hizo el reacomodo por parte de la federación internacional, y me habló Carlos Padilla diciéndome que ya la rusa estaba en proceso de entregar la medalla”, mencionó Aguirre.
Finalmente, el 7 de diciembre del 2017 en las instalaciones del Comité Olímpico Mexicano, Damaris recibió la medalla de bronce, una presea que recibió como si hubiera sido en el propio evento olímpico.
“La forma que recibe un país a una medallista olímpica es algo muy padre y a lo mejor no fue como deportista vigente, pero fue cerrar un ciclo. En ese momento ni pensaba de la lloradera que tenía y solo lo disfruté, eran más emociones tiradas al agradecimiento, a sentirme feliz de haberlo logrado a pesar de tantos años; fue como una cachetada de guante blanco de que a lo mejor mi retiro no fue de la forma cómo yo hubiera querido, pero igual se me premió por hacer las cosas bien, porque también pude haberme dopado y dejarme llevar por la presión de ser atleta de alto rendimiento y mantenerte en la élite y tener un resultado deportivo”, mencionó.