Una historia de triunfos y sacrificios que como muchas comenzó en una cuna humilde pero muy trabajadora, de gente de campo, dedicada a la agricultura allá en el Ejido Santo Tomás, municipio de Matamoros, Coahuila, en donde al mencionar el nombre de Cuauhtémoc Rocha, todo el barrio y los conocedores del beisbol saben bien que se trata de un bateador de tremenda trayectoria.
“Temo” Rocha es una persona seria, muy callada, pero muy trabajadora; al entrar a su domicilio se puede percibir el aroma a campo entre mezquites, caballos, borregos y sus herramientas de trabajo, en especial su tractor, en el cual suele laborar casi a diario en sus tierras.
Al ingresar a su casa es muy palpable el calor de hogar, orgulloso padre de tres hijos (dos mujeres y un hombre), el junior ahora sigue sus pasos en el equipo Algodoneros, en donde sabe que cuenta con el total apoyo de su padre en su joven carrera.
“Nunca me gustó molestar a nadie, menos a mis papás, desde los 10 años inicié en el beisbol en un equipo que conformó Don Horacio Piña, recuerdo bien que nos llevaban a jugar contra militares al campo militar, a esa edad no tenía ‘picos’ (spikes) para jugar, buscaba quién me prestara un guante para poder estar en cuadro, ya hasta que trabajé me pude comprar mi primer guante allá en Torreón en La Palomares, estaba emocionado, aunque no era muy profesional ya tenía con que fildear”.
“Preferí la estabilidad"
Fue entre el año de 1992 y 1993 cuando “Temo” fue firmado por el equipo profesional de Laguna, militando en la filial, pero el pago que se le había acordado no se le otorgó, eso hizo que el pelotero prefiriera emigrar a otras tierras.
“Antes de estar en Laguna ya tenía tiempo de jugar en la Liga de Chihuahua, ahí si nos pagaban bien y aparte del pago, que siempre fue puntual a quienes pegábamos home run, se nos daba una polla que se juntaba entre la afición, muchas veces era más que el mismo sueldo”.
“Cuando llegué a La Laguna hice mis pruebas y de inmediato me firmó don Guillermo Garibay, a los tres días de estar practicando, los fines de semana nos llevaban a Guanajuato, recuerdo que me pagaban 30 pesos de pasajes, los lunes cuando íbamos a cobrar a las oficinas veía que a algunos les daban hasta 100 pesos y le comentaba a los dirigentes, me argumentaban muchas cosas, me aguanté un rato ya que sí tenía interés de pertenecer al Laguna, pero estaba sacrificando y hasta poniendo de mi bolsa, lo cual ya no me gustó ya que había mucha diferencia a lo que me daban en Chihuahua”.
Habló con el bat
Cuando jugaba en Chihuahua fue seleccionado para “representar a México en la gira por Estados Unidos, en realidad fueron tres pero solamente pude asistir a una, ya que en las dos anteriores no contaba con pasaporte; a pesar de haber viajado a la segunda con una carta no me dejaron pasar y me bajaron en el puente, una familia de San Pedro de apellido Sifuentes me ayudó a tramitar la visa y pude viajar a esa gira que se realizó en Carolina del Norte".
En ese torneo, según recordó, fue uno de los que impulsaron más carreras y el único del equipo que conectó un cuadrangular.
“Como una anécdota de mi forma de ser está la misma gira de Estados Unidos, en donde dos jugadores de la selección traían muy buen currículum ya que jugaban allá, ellos decían que traían muy buenos números, de hecho el mánager me dijo que uno de ellos era tercera base iba a iniciar, yo estaba designado, al siguiente juego yo iba al cuadro y él designado, yo acaté la decisión del mánager, ya en los juegos, los dos que tanto hablaban se poncharon con lanzamientos de arriba de 92 millas; por eso yo soy así, callado, prefiero hablar con disciplina y carácter tranquilo, sí conecté varios imparables y un cuadrangular al equipo de Estados Unidos”.
Faltó lo que a muchos, apoyo
“Para llegar a ser profesional siento que me faltó apoyo en la familia, padecíamos mucha necesidad, nunca le decía a mi padre que necesitaba algo, a amigos que jugaban futbol les pedía sus chuts prestados para jugar, cuidaba vacas para poder comprar mis guantes, recuerdo que me costaron 12 pesos, era de gamuza, tuve que trabajar desde niño para ayudar en casa, solamente estudié hasta secundaria, mucha gente decía que tenía con qué jugar en Liga Mexicana, en una ocasión el mismo Horacio Piña me quería mandar a Rieleros de Aguascalientes, pero me fui a Chihuahua”, dijo.
Hoy en día Cuauhtémoc Rocha Pérez está dedicado de tiempo completo a su trabajo en el campo, en donde se dedica a la siembra de sorgo, melón y sandía.
RCM