Pachuca ascendió a la primera división el 17 de mayo de 1998, su regreso al máximo circuito significó un rasgo de identidad para la ciudad reafirmándola como la cuna del futbol mexicano, desde que Jesús Martínez y Andrés Fassi quienes lograron transmitir su visión futbolística a los aficionados quienes adoptaron los colores blanquiazules como suyos.
Lizz es una aficionada que sigue al Pachuca desde su regreso al máximo circuito del futbol mexicano, pero recalca que proviene de una familia de tradición tuza. “Esto empezó como una cuestión familiar cuando una tía todavía iba al estadio Revolución y ya para el Clausura del 99 ya éramos mega fans, mi abuelita ya había comprado cuatro plateas a tres filas arriba del famosísimo frutas.
¿Cuál es el recuerdo más emotivo que tienes de los Tuzos? Soy médico pediatra y en el 99 estaba de guardia en el seguro social sufrí horrible porque no pude ver el partido, pero me dejaron ver los tiempos extra, la única tele estaba en terapia intensiva y cuando Glaría mete el gol contra Cruz Azul, no pude gritar porque al lado había un paciente entubado y la frustración de no poder salir a festejar por que la vuelta fue en el estadio Azul, fue mi primera experiencia de no poder festejar con mi equipo.
Ha pasado anécdotas memorables por y con los Tuzos
Tigres vs Pachuca Invierno 2001: Para el segundo campeonato me fui con la barra a Monterrey, me acompañaron una tía y dos primas, fue una de las cosas más frustrantes porque los aficionados de allá nos trataron mal, nos hicieron dar la vuelta para poder llegar a nuestros lugares, nos aventaron de todo, pero el gol de Silvani fue directo hacia donde estábamos, eso hizo que todo eso hubiera valido, aunque al final nos costó salir del estadio, pero todo valió la pena. Para el tercer campeonato (contra Tigres Apertura 2003) después de esa experiencia la verdad me acobarde y además ya estaba haciendo mi residencia.
Si bien ha acompañado al equipo en partidos y finales importantes la del Clausura 2007 contra América tiene un significado especial “Ya teníamos un palco en el estadio, ahorramos todos, ya estaba embarazada de mi primer hijo tenía como tres o cuatro meses, tuvimos que dar la vuelta y bajar las escaleras de caracol, no tenía panza, pero sentía que se me salía el hijo.
Bajamos a la cancha y me acuerdo que abrazamos a Cacho como si todas lo conociéramos, de la emoción corremos con él y nos aventamos como la Selección en la Confederaciones de panza y cero me acordé que estaba embarazada”.
Las finales perdidas
La afición por un club también implica pasar tragos amargos y Lizz reconoce que de las finales que más le ha dolido perder (porque se siente parte del club) fue la del semestre pasado contra Atlas. “Recuerdo la final contra Santos, les digo vamos a recibirlos para que sientan el apoyo, llegamos con todo el outfit, bufanda, paliacate, playera chamarra, bandera de tres metros. Nos subimos al coche y mi tía le habla a mi otra tía para avisarle que nos íbamos al aeropuerto vestidas de Tuzos en la madrugada.
Me acuerdo que no había gente, llegaron y me acuerdo de Tavo Valdés, Calero y del novio de mi mamá Gabriel Caballero. Llegan a las dos de la mañana y entre las porras y las fotos les preguntamos quien se regresaba con nosotras en el coche, Tavo Valdés aceptó y Chitiva, fue súper bonito porque yo creo que vieron la emoción de estas cuatro locas.
La semifinal contra Chivas en la que Calero acrecentó su legado y que a la postre le diera el pase al a la final y el título contra San Luis le enseñó que no se pueden confiar por lo que no descarta que Toluca pueda hacer partido en el Hidalgo
“Como aficionada valoro mucho que Pachuca se formara como un equipo familiar y la cercanía que tenían los jugadores, poder ir a la Universidad del Futbol y poder abrazar a un imponente Miguel Calero, a Caballero, Chitiva era un dulce, conocer a Silvani. Una vez me encontré a Paco Gabriel de Anda en Acapulco, decirle que era de Pachuca y que pareciera de mi familia. Me gusta que no se nos considere grandes por que jugamos sin presión porque nadie da un peso por nosotros y siempre sorprende.”
Familia de cábalas, cada quien tiene su lugar
Tienen programado llegar hora y media antes del partido “Es una parafernalia, cuando hay un penal en favor del Pachuca, mi mamá y mi tía se tienen que salir del palco, está comprobado que si están presentes fallan el penal, si eres invitado puedes traer la playera de tu equipo, pero nadie puede festejarle el gol en la cara al otro y viceversa. Si te invito al palco y pierde mi Pachuca, no puedes volver a entrar, cuando son partidos importantes tienes que ir vestido exactamente igual a como fuiste al partido anterior que ganaron, contra Tigres les tomé un video así de enséñame que chones traes para que vean como venían porque para el siguiente partido así los quiero.
Mi sobrina Pau siempre se sienta hasta adelante, en el partido contra Tigres se sale al medio tiempo porque hacia frio y ya no se quiere regresar a su lugar, mete gol Tigres y mi tía, su abuela le dice, sino regresas a tu lugar te dejo de hablar un mes; regresó a su lugar y metió gol el Pachuca. Todos tenemos nuestro lugar establecido nadie se puede mover.
Tenemos un poster firmado en el casi, casi nos persignamos de Calero, Chitiva, Jara, Glaría, Silvani, pero es un lo mismo que disfrutar un día de trabajo, una pasión que es parte de la emoción momentánea que no te podría describir, pero me llena.