María de los Ángeles Ortiz no se considera un ejemplo para la población, pero sí es una historia de inspiración que pueden concientizar sobre el cáncer.
La atleta originaria de Tabasco fue diagnosticada con este padecimiento hace más de una década. Fue una noticia difícil de asimilar y el proceso lo fue aún más, pues no encontraban la zona en la que se encontraba el núcleo de la enfermedad.
“Cuando me dijeron que tenía cáncer me tuve que sentar. Mi mamá cayó sentada en la silla. Sí fue doloroso, fue impactante, hablé con mi familia y les dije que no me garantizaban que me pudieran resolver, solo me dicen que a ver si las quimios o las radios llegan a donde tienen que llegar”, recuerda la lanzadora.
“Fue bastante confuso, me sacudió la noticia y después de unos días yo decidí que no iba a tomar las quimios, por lo que además me dieron el alta voluntaria porque ellos ya no eran responsables de mi salud. Pedí las placas que me habían hecho, las mandé al Instituto de Cancerología de la Mujer en la Ciudad de México y efectivamente, era cáncer, era metástasis y era carcinoma”, agrega.
Lo detectaron a tiempo
La detección temprana fue una de las claves en su caso para salir adelante, pues en cuanto notó algo raro, acudió al médico.
“Yo empecé con unas bolas y empezaron a crecer hasta el tamaño de un limón. Yo pensé que eran ganglios y fui con un otorrino de gran confianza. Me hizo unos estudios y después de revisarlos me dijo ‘vamos a biopsiar’, cuando dijo esa palabra dije ‘wow’”, dice la deportista.
Pero su salvavidas, además de su familia, fue el deporte. Sin ellos, la situación hubiera sido más difícil.
“El dolor era de todos y sobre mi dolor vi el dolor de mis padres. Cuando vi su cara supe lo que les dolió, ellos creían que podrían perder a una hija y eso no tiene nombre, pero tienes que hacerte fuerte. Yo tengo mucha fe en Dios y me aferré a mi fe y me aferré a mi familia”, aseguró. “El deporte para mí ha sido desde pequeña un motor. Es una inspiración para mí, ha sido la forma más limpia y poderosa que ha forzado lo que los padres me enseñaron en casa”, agrega.
Concientizar a las mujeres
Hoy, se hace chequeos y exámenes constantes, y los resultados han sido favorables. Además, forma parte de algunas campañas para concientizar sobre esta enfermedad.
“Constantemente me estoy revisando porque cualquier síntoma hay que detectarlo a tiempo para ir con el médico adecuado. Es nuestra salud, el regalo más preciado que Dios nos da. Nos toca a nosotros cuidarnos, la responsabilidad de tener salud y detectar a tiempo para corregir en cualquier caso”, recomienda.
María de los Ángeles ahora es abuela y quiere ser un ejemplo para su hija y para su nieta Gianna, quien a sus seis años ya comenzó a ganar medallas en competencias estatales de gimnasia.
“Yo les digo que tienen que cuidarse. Les digo: ‘yo no tengo una pierna, pero ustedes están completitas, alguna vez estuve completita y no perdí la pierna por una imprudencia mía’”, revela. “Sin embargo, amo lo que hoy tengo, no estoy clavada en lo que no tengo, sino en lo que tengo, y lo cuido. Quiero ver a mi nieta crecer y a lo mejor ver a sus hijos, pero con salud”, afirma.
Angie ha competido en lanzamiento de bala en cuatro Juegos Paralímpicos, desde Pekín 2008 hasta París 2024, en los que ha ganado tres medallas (dos oros en 2012 y 2016, y una plata en 2008), lo que la convierte en la mujer que más preseas le ha dado a México en esta disciplina y ya se prepara para la siguiente edición de Los Ángeles, sus últimos Juegos.
“Empezamos la próxima semana el trayecto de Ángeles en Los Ángeles, es un proyecto maravilloso que espero salga muy bien”, asegura.
AVV