El 18 de marzo Mariana Arceo se convirtió en la primera atleta mexicana en ser diagnosticada con covid-19. La pentatleta estaba en España en un campamento de preparación, cuando empezaron los primeros síntomas –dolor de huesos, tos y diarrea–, regresó a México y de inmediato fue internada en el hospital por cuadro fuerte de neumonía.
Fueron semanas difíciles y en abril superó la enfermedad, pero debía tomar un tiempo más para la recuperación; por lo tanto, no debía hacer ningún esfuerzo físico y mantenerse en reposo.
“Sí, estuve impaciente, pero sabía que los Juegos Olímpicos se pospusieron y, si no hubiera pasado eso, pues hasta mi salud arriesgaba, porque es un sueño, pero al estar en el hospital te concientizas que realmente lo importante en la vida es tener la salud. Fueron muchas cosas entre que quería entrenar, cuidarme y estar bien; al final tomé lo positivo”, comparte Arceo a MILENIO-La Afición.
En mayo finalmente retomó sus entrenamientos con rutinas básicas para no exponer su sistema respiratorio. Acostumbrada a la alta exigencia física, Mariana tuvo que ser paciente.
“Empecé desde cero, caminando, y mi entrenador iba observando cómo se escuchaba mi respiración y después caminábamos en subidas; entonces, fue mucha paciencia y enseñarme a hacer todo otra vez. Inicié con lagartijas, sentadillas, después metí una barrita, además tuve una alberca de 10 metros de una prima, y ahí mi entrenador modificaba el entrenamiento con ligas, era muy poquito, pero era lo mejor empezar así para que tus pulmones vayan agarrando esa capacidad”.
Y así estuvo prácticamente dos meses la deportista, realizando preparación básica y, finalmente, en julio comenzó a realizar sus entrenamientos con mayor intensidad.
“Ya estoy entrenando entre 13 a 16 kilómetros corriendo, haciendo series para la fuerza, porque quiero hacer un papel excelente en Tokio, y en la natación estoy haciendo fondo, en esgrima técnicas, y en el gimnasio me estoy preparando fuerte. Lo más difícil es empezar, hacer la base de la pirámide porque al final es lo que se verá reflejado. Antes me desesperaba correr 40 minutos y quería que ya se acabara el tiempo, y ahora pido más”.
Arceo mencionó que no tuvo secuelas graves después de superar el covid-19, y no se le dificultó volver a su ritmo de entrenamiento. Solo tiempo y paciencia.
“De hecho mi entrenador está admirado de que me pude recuperar tan rápido, pero siento que mis deseos, mi mente y la memoria de mi cuerpo sí me ayudó bastante; afortunadamente ya estoy corriendo muy bien, creo que van a venir cosas muy padres. Todo esto me trajo algo positivo y fueron las ganas de ser la mejor del mundo, las ganas de seguir adelante, de vivir y de disfrutar”.
VIVIR CON EL TEMOR
Yadira Silva es un caso reciente de contagio por covid-19. Ella tuvo que parar por tres semanas.
“Del día uno al día siete de la enfermedad yo hice ejercicio y corría, porque mi mayor temor era estar en el hospital intubada. Escuchaba a mis familiares hablar de que tuvieron que intubar a sus pacientes, y estaba toda estresada por eso; en el octavo me sentí muy cansada, con dificultad para respirar, perdí el sentido del gusto y el olfato, por lo tanto empecé a cuidarme bastante bien, y apenas estoy retomando el entrenamiento”, indicó Silva.
FOTO: Yadira Silva en una competencia (Mexsport)
La tabasqueña dio positivo el 27 de julio y después de casi un mes (24 de agosto) salió negativo; ahora, ha retomado los entrenamientos de manera gradual, con la mirada en la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio 2021.
“Apenas comencé a retomar el entrenamiento físico, siempre cuidándome, pero me siento bien, le doy a la bicicleta y a las pesas, y me siento bien. Soy una persona que ha estado saludable toda la vida”, dijo la deportista.
FCM