El 12 de octubre se cumplen 52 años del inicio de los Juegos Olímpicos de México 1968. Un evento en el quedaron plasmados infinidad de momentos deportivos en la historia del olimpismo, como el hecho de que la mexicana
Enriqueta Basilio fue la primera mujer en encender el pebetero. O cómo olvidar a los atletas afroamericanos Tommie Smith y John Carlos, medalla de oro y de bronce en los 200 metros planos, quienes alzaron su puño envuelto en un guante negro mientras sonaba el himno nacional estadunidense, como protesta de los derechos civiles negros en Estados Unidos.
FOTO: Tommie Smith y John Carlos (AP)
En el certamen, 12 países participaron por primera vez en los Juegos Olímpicos: Barbados, Guinea, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Paraguay, Kuwait, Honduras Británicas, Islas Vírgenes de Estados Unidos, República del Congo-Kinshasa, República Centroafricana y Sierra Leona.
Otro suceso importante fue la participación, por primera vez, de las dos Alemanias, que compitieron por separado, con el mismo uniforme y la misma bandera con los aros olímpicos. Alemania Oriental y Alemania Occidental, utilizaron la Oda a la Alegría de la Novena Sinfonía de Beethoven, como himno y símbolo de unificación.
En cuanto a México, estos Juegos Olímpicos representaron la mejor actuación que ha tenido una delegación nacional tras obtener nueve medallas (tres de oro, tres de plata y tres de bronce), donde María del Pilar Roldán se convirtió en la primera mujer mexicana en colgarse una medalla olímpica, y lo hizo en la modalidad de florete individual en esgrima.
Personajes destacados
Felipe Muñoz
El Tibio consiguió la medalla de oro en los 200 metros pecho y la Alberca Olímpica Francisco Márquez fue testigo de este logro, uno de los dos únicos momentos que la natación mexicana ha subido al podio. La otra presea fue con María Teresa Ramírez en los 800 metros libres, quien obtuvo el bronce en esa misma justa.
Vera Caslavska
La gimnasta checoslovaca, quien estuvo escondida durante tres semanas, a raíz de la invasión a su país por las tropas de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS) en la “Primavera de Praga”, salió de su escondite en la vigilia de los Juegos para conquistar cuatro medallas de oro y dos de plata, convirtiéndose en la indiscutible reina de la gimnasia de 1968.
Dick Fosbury
Revolucionó el estilo del salto frontal por el salto de espalda y de paso impuso un nuevo récord olímpico con 2.24 metros. El estadunidense tenía asegurada la medalla de plata con 2.22 metros, sin embargo, decidió ir en busca del oro, y en el tercer y último intento, Fosbury dibujó en su espalda un arco para superar la barra y ganar el oro, creando un nuevo estilo para saltar.
Jim Hines
En la final de los 100 metros planos, el estadunidense fue el primero en romper la barrera de los 10 segundos en esta distancia. Hines ganó el oro con 9.95 segundos, estableciendo un nuevo récord mundial, el cual se mantuvo durante 15 años, hasta el 3 de julio de 1983, cuando Calvin Smith lo mejoró por .02 segundos.
Bob Beamon
El estadunidense se convirtió en campeón olímpico en el salto de longitud con una distancia de 8.90 metros, y fue llamado el “salto del siglo”, y de paso estableció nuevo récord olímpico y mundial. Tuvieron que pasar 22 años, 10 meses y 22 días, para que alguien rompiera su marca mundial, aunque se mantiene incólume como récord olímpico.