El domingo 14 de noviembre, Miguel Aguilar destacó en la primera de las tres novilladas en el ciclo La Reapertura en la Monumental Plaza México, con dos orejas de los astados pertenecientes al encierro de San Diego de los Padres y salió de hombros.
Se trata de la tercera vez que lo consigue en el gran coso de la Avenida de los Insurgentes, pero las sensaciones siguen siendo las mismas: emociones como si se tratara de la primera vez.
“Sí fue una experiencia súper bonita. Gracias a Dios no ha sido la primera vez que corto dos orejas. Ya es la tercera vez que salgo en hombros de la Plaza México. Y bueno, salir una tercera vez, después de esa presión de que quizás la gente ya me conoce, de que esperaban eso y de que necesitaba yo triunfar así; fue muy gratificante y bonito”, reconoció el de Aguascalientes en entrevista de MILENIO-La Afición.
El formar parte de la reapertura de la Plaza de Toros es un honor que no se puede describir, un hecho histórico para cualquier novillero que se presenta ante su público, como le pasó a Miguel, frente a más de 8 mil asistentes en la Monumental el reciente domingo.
“Es muy bonito. Para mí como novillero y entrar a una feria, a una temporada pequeña quizás, pero de la plaza México, ser parte de ella, para mí es un orgullo y un privilegio”, consideró. “Creo que ser parte de los carteles de la Plaza México es siempre un sueño para cualquier torero y gracias a Dios así pudo ser”.
Para Miguel Aguilar, se trata de una de las profesiones “más complicadas, pero muy gratificantes”. El gusto le llegó por su hermano Mario Aguilar, novillero que dejó este mundo en junio de 2018 y que lo inspiró a unirse a este mundo tan complejo, pero maravilloso.
“Creo que nací para ello, porque crecí en un entorno en donde mi hermano me ofreció esa opción y gracias a Dios la supe aprovechar y creo que no me he equivocado”, consideró Miguel, quien aprecia la tauromaquia y asegura que le permite expresarse, sentir libertad y le llena de amor.
“El hecho de torear, estar delante de un toro y poder expresarme, esa sensación de libertad, creo que no me la ha dado ninguna disciplina, ninguna otra actividad y creo que el toreo es lo que más me gusta, lo que más me apasiona y me llama la atención, porque gracias a Dios también lo envuelven otras cosas, como la afición, el cariño de la gente, el triunfo, creo que todo tiene su lado positivo y su lado adictivo”, explicó. “Pero el hecho de poder estar delante de un animal y poder expresarte 100% como eres y saber que te estás jugando la vida, ese peligro que es inminente, que está a cada segundo y poder saber que en cualquier momento puede ocurrir una desgracia; y el superar esa complejidad es para mí muy bonita y es la manera más bonita de sentirme vivo”.
Por lo pronto, él se concentra en su entrenamiento, la preparación física y mental, además de asistir al campo bravo mexicano para crecer y pulir los detalles que todavía quedan por mejorar. Eso sí, no quiere aventurarse a futuro lejano, al esperar que la vida le prepare lo mejor.
“No me gusta pensar a largo plazo, porque quiero que la vida siempre me sorprenda, al final lo que consigo hoy es lo que me va a dar para mañana y ya pensar dentro de años es muy complicado, pero por lo pronto estar preparado y estar listo para dar el 100 por ciento de mí. Y el próximo año irme a España otra vez y poder abrirme camino allá y poder dejar mi nombre en lo alto”.
FCM