Muy buena y brava corrida de las Huertas en la Plaza de Toros México

Reza la maldición gitana “Que no te toque un toro bravo”. Y eso les pasó a los toreros de a pie. Pasaron fatigas. Más 'Calita' que José Mauricio. Cartagena le hace más quiebros al público que al toro. 'Calita' se subió al carro del triunfo con la sal

Muy buena y brava corrida de las Huertas en la Plaza de Toros México (Jorge Matchain)
Octavio X. Lagunes
Ciudad de México /

Monumental Plaza de toros México. Octavio X. Lagunes. 7º festejo de la Feria de Aniversario. Toros de las Huertas criado por Rodrigo Barroso Cañedo en Hidalgo.

Juego del ganado. 1º Bravo que hizo lucir al caballista. 2° Incierto. 3° Con las complicaciones de un toro bravo y encastado. Fue polémicamente indultado. 4° Bravo y pronto. 5° Repetitivo, que le reclamaba sitio del torero 6° Repetía con alegría. Mereció mejor suerte.

Abrió plaza el caballista alicantino Andy Cartagena vestido, de casaca charra color tabaco, a quien vimos muy revolucionado y un tanto excedido en sus gestos y suertes, lo que le gusta a parte del público, pero no a todos. Logró clavar una entera contraria que fue efectiva. Andy se excedió en prácticamente hincar al caballo ante el Juez de Plaza para que le concedieran una oreja. Su comportamiento fue lamentable y excesivo. Ante su segundo, el mismo tenor. Torea más al tendido que al toro. Tuvo algunos aciertos, pero se acabó al toro entre tanto rodar a sus caballos. Mal con los aceros y se retiró en silencio.

A pie, de esmeralda y oro, se presentó el capitalino José Mauricio, quien realizó un quite por gaoneras voluntarioso, pero no se vio confiado. Inició rodilla en tierra con mucha clase. Después su faena cursó entre altibajos y, ante un descuido, el toro lo prendió con ganas de herirlo. Se paró con la ropa hecha jirones y sin vérsela, continuó su faena y mató con media trasera y cinco descabellos. Escucho un aviso. Saludó merecidamente en el tercio. Ante el quinto, Mauricio logró pegar un quite atropellado por gaoneras. Con la muleta inició aseado y parecía que veríamos faena, pero nunca pudo templar, ni él ni al toro. Pego infinidad de muletazos, la mayoría desaseados. Por más voluntad que le puso, no pasó a más.

El otro espada fue Javier Tapia “El Calita”, quien es el que más torea al año en México. Pechó con un gran lote. Vestido de burdeos y oro quiso recibir de rodillas en los en los medios mostrando una espantada. Se tiró a un costado. De pie apenas quiso ver a su toro. Buena vara de César Morales aparentemente insuficiente. Calita intentó torearlo, pero solo le espantó las moscas. No tuvo ni reposo ni capacidad. El toro se lo comió de un bocado. Y Calita, al verse sumido decidió alborotar a la gente para pedir el indulto y no batallar en matarlo. Una pena el comportamiento de “El Calita”. Ante el que cerró plaza, no pudo parar los pies ni por asomo. Una vara dura con mucho desorden en la cuadrilla. Un quite de Mauricio muy deficiente y una réplica deplorable de “El Calita”. Los dos toreros se vieron incapaces y desafortunados ante sus lotes. Los subalternos también en apuros. “Calita” trató de enderezar el barco después de su lamentable actuación, lo que fue agradecido por el público, pero sus continuos desarmes lo dejaron en donde inició. Mató de entera caída. Dos avisos y varios descabellos.

El toro “Hechicero” lidiado esta tarde, es muestra fiel de que en México se pude dignificar, con orgullo, la Cabaña Brava Mexicana.

Mientras en el Parlamento abierto de la Ciudad de México, los ecologistas de asfalto pelean lo que es un derecho de libertad de los ciudadanos. Una fiesta sin sangre acabaría con el toro bravo que fue criado y creado por el humano. Vaya daño que le harían. Prohibido prohibir como bien dijo nuestra Presidenta.

Frente a la ignorancia, la cultura en mayúsculas.


ZZM



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