En la vida de un beisbolista que no se dedica al alto rendimiento, el sueño es jugar algún día en un estadio profesional, tal es el caso de Jesús Hernández y José Márquez, quienes tienen 12 y 20 años practicando el deporte, y solo han jugado en deportivos, pero ahora con la Olimpiada Comunitaria, el anhelo de hacer un triple play en un lugar emblemático podría hacerse realidad.
"Es el principal objetivo, he ido a ver partidos de los Diablos Rojos; nunca me imaginé jugar en ese escenario, hasta que empezaron con este proyecto. Quién no sueña con jugar en un estadio profesional, esa es la meta. Este evento es una puerta para poder estar en ese terreno”, declaró Márquez, quien juega como catcher.
Hernández, a su vez, trabaja de lunes a viernes, mientras sábados y domingos le dedica su tiempo al beisbol, y está enfocado también en esa meta de pisar el diamante del estadio de los Diablos Rojos.
“Desde los 10 años practico este deporte por mi papá, él es beisbolista desde que tengo uso de razón y me metió en este camino desde chiquito. Nunca me ha llamado la atención otro deporte, he jugado basquetbol y futbol, pero me incliné por este deporte. Sería algo muy importante, divertido y padre jugar en ese estadio”, señaló.
En esta ocasión, las actividades del beisbol se realizaron en el Deportivo Xochimilco, donde hubo tres encuentros y donde todos los peloteros dejaron el corazón en el diamante. “En los terrenos de juego hacemos amistad, conoces a los que enfrentas y te invitan a otro equipo. Es algo bonito”, puntualizó Márquez.
CC