Monumental Plaza México. Tercera novillada de Temporada. El capitalino José Mari fue cómplice de un falso triunfo. Meritoria faena del saltillense Manolo González que perdió premio por el uso de la espada. Rafael Soriano fatal con el estoque. El Juez Braun perdido dentro de su capelo.
Escasa entrada. Cielo cubierto con rachas de sol. Clima muy agradable. Novillos poblanos de Raúl Cervantes. Altos y sin remate. El 4°, de San Marcos, escaso de presencia.
Juego del ganado. 1º Complicado que nunca humilló. 2º Se despitorro. No pudo verse. 3º brincó al callejón y se quedó atorado. Se lastimó las manitas 4 º de San Marcos noble, muy lavado de cara con poca fuerza que nunca la bajó. 5º Con más trapío, tampoco humilló. 6 º El mejor. Noble que iba de largo. Aplaudido en el arrastre lento.
Abrió plaza el capitalino José Mari Mendoza de solferino y oro. Hizo lo que pudo ante un marrajo que se ponía por delante. Poderosos doblones. Pinchazo y media caída efectiva que acabó pronto con su pesadilla. Con el cuarto logró acomodarse. El picador se cayó del caballo de manera inocente. José Mari se vio enterado y acompañando las nobles y escasas embestidas de su novillo. Acabó alargando su faena para desesperar a la gente. Entera estocada aguantando. Escasa petición de oreja que el blando Juez Braun regaló.
El zacatecano Rafael Soriano de grana y oro, tuvo una tarde muy acelerada donde estuvo más pendiente del público que de sus novillos. Banderilleo en ambos con voluntad y poca certeza. Su primer novillo se despitorro del derecho y al tomar la muleta la gente se puso de uñas contra él, exigiéndole que lo matara. Mató de bajonazo entero que algunos despistados aplaudieron. Ante el quinto con más cara recibió una dura vara que se queda hilvanada. Voluntarioso en banderillas dejándose llegar a los novillos desde lejos. Se perdió toda la tarde en voltear al tendido más que lidiar a su novillo. Alargó en demasía su faena. Se tiró a matar infinidad de veces para escuchar tres avisos. Se forma en la fila para volver a pisar este ruedo.
El saltillense Manolo González, enfundado en un vestido gris perla y plata, tuvo que esperar a que los bien intencionados del callejón ayudaran a sacar a su novillo de un burladero donde quedó atrapado, por brincar al callejón. El ruedo está más alto de lo normal, lo que se aprecia al no haber estribo. Con la muleta pasó fatigas por su voluntad pues el novillo se le quedaba corto y no paró de insistirle. Fue levantado por los aires sin consecuencia. Desaciertos con la espada. Entera tendida suficiente. Fatal con el estoque. Escucho un aviso.
Ante el que cerró plaza, pegó unas buenas verónicas de recibo. Saludó en el tercio Fernando García. La muleta brindó al cónclave y abrió su faena con un cambiado en el centro del ruedo y dio muchos más muletazos. Algunos buenos. Tardó en encontrarle la distancia. Dos de pinchazos en lo alto y tres cuartos contrarios que fueron suficientes a pesar de los fallos del puntillero. Escuchó un aviso. Tenemos que seguirle la pista pues el chaval tiene madera, pero aun esta verde.
Amena novillada donde se acierta anticipar la hora, antes de que la lluvia caiga, como suele ocurrir en esta Ciudad. Hoy aconteció un curioso incidente, donde el novillo quedó atrapado en un burladero y que fue resuelto atinadamente por personal de la Empresa. Lo que terminó por no afectar a nadie. Ojalá pronto este resuelto que el estribo esté por arriba de la arena, lo que evitará un potencial accidente.
ZZM